Thursday, September 13, 2012

TRANQUILINA


La ubicación exacta y el tiempo en que existió la isla llamada Tranquilina nunca ha podido ser confirmada por ningún tipo de estudio por mucho que hubiera costado realizarlo. Todo ha llegado hasta nuestros dias de boca en boca y de generación tras generación. Se dice que sus primeros habitantes habian venido de otras islas y paises cercanos, buscando un lugar tranquilo donde se pudieran establecer y en Tranquilina encontraron el lugar perfecto. Tal vez no sería como las maravillas de Alicia pero se le parecía bastante por lo que se cuenta. En dicha isla sus moradores vivian basicamente de la pesca y la siembra necesarias para sus respectivas alimentaciones, porque aunque habian nacido con la gracia concedida de ser tranquilos, no les habian otorgado la de no tener estómago, que es el causante de casi todos los problemas mundiales. En un inicio sus primeros pobladores, al no poseer herramientas para la labranza, aprendieron a sembrar como veian que hacian las aves; con el el trasero, y todo lo que soltaban por ahí daba frutos en aquella fertil tierra. Con el tiempo aprendieron a hacer herramientas con palos y piedras, que trajeron como resultado mejores producciones alimentarias. La primera herramienta sembradora  pasó a tener otros usos.
En Tranquilina no existía ningún gobierno y mucho menos rey y todo el mundo sabía lo que era bueno o malo sin acomodamientos  convenientes al significado de esas dos palabras que rigen lo que está bien o mal. La vida en la Isla era muy parecido al Paraiso prometido para todo el que se haya portado bien en vida: Sembrar, pescar, dormir y tener mucho sexo pues se necesitaba aumentar la población. Se dice que cada hombre podia preñar hasta a nueve mujeres por mes para hacer un gran total de ochenta y una por cada nueve meses. Se acordaba esa cifra y no superior, para no llamar mucho la atención de cualquier navegante que pasara frente a sus costas y le entrara deseos, no deseados por ellos, de colonizarla. Aunque sus habitanes vivian confiados en el gran volcán que existía en Tranquilina y que era visible a muchas millas de distancia y que hacía que nadie al pasar frente a ella sientiera deseos  de apropiarse de la misma, ni aunque fueran los temidos piratas. Dicho volcán estaba, como se dice, dormido y lo más que echaba de vez en cuando eran algunas bocanadas de humo tan débiles que no afectaban ni al hueco de la capa de ozono, que por cierto, en esa época ese no existía, ni el echarle la culpa a un gordo, del calentamiento global y lo veian teniendo sexo Eso sí, los pobladores de la isla vivian convencidos de que dicho volcán se mantenía dormido por que ellos mensualmente le echaban por la boca del mismo cuatro o cinco pacas de una planta sonnífera que se daba silvestre en el lugar y que ellos sabian que daban mucho sueño sus efectos porque de vez en cuando se fumaban las hojas de dichas plantas y dormian mas que La Bella Durmiente.
No se sabe exactamente cuanto duró esa vida paradisíaca en Tranquilina, lo que sí se cuenta y se da como hecho, es que en algún momento de su existencia todo cambió drásticamente para mal.
Se cuenta que fué por alguna revuelta interna entre sus moradores o por alguien que llegó de otros rumbos y que le dio lo mismo si el Volcán dormía o se alborotaba. La cuestión es que como haya sido hubo un intranquilo que a la tranquilidad existente en Tranquilina que trasmitian sus tranquilos habitantes, la acabó a trancazo limpio y se adueñó de la isla y de todos sus moradores y se declaró Jefe, con la promesa de que iba a convertir en un continente aquel pedazo de tierra casi flotante pero no a la deriva en busca de puerto seguro donde atracar . Para llevar a cabo las trasformaciones que quería el auto-llamado Jefe para Tranquilina y para beneficio propio, se rodeó de un grupo de desalmados desarmados, pues el único que estaba autorizado a llevar armas era él y con las cuales amedrentaba a todos a su alrededor, y creó una especie de lo que sería un legítimo gobierno hoy dia, aunque dicho poder haya sido obtenido a través de la fuerza o por elecciones fraudulentas. A sus secuaces les dio cargos de ministros para que ,en sus papeles principales, hicieran cumplir todo lo que ordenara el Jefe.
Lo primero que hizo el Jefe fue establecer horarios de trabajo de ocho horas pero, para lograr una mayor productividad, se inventó la manera  de adelantar los relojes hasta por seis horas diarias y atrasarlos por doce. Así, cuando el obrero entraba a su empleo a las seis de la mañana, les hacía creer que eran las doce del dia y cuando llegaban las seis de la tarde regresaba el reloj a las seis de la mañana; hora de comenzar las labores. Con los dias sucedía lo mismo. En el dia trece de cada mes, uno antes del cobro quincenal, atrasaba el almanaque 12 dias y los empleados pensaban que el salario que recien habian cobrado ya lo habian gastado y llegaban hasta el extremo de culparse por gastar más de lo que ganaban.
Nadie era capaz de enfrentar al Jefe, pues los pocos que lo habian intentado, éste en las actas de nacimientos de los traidores, como él les llamaba, ordenaba  borrar cualquier linea que declarara  que el nacido había sido hombre o mujer y en su lugar exigía que se escribiera aborto. El tiempo pasó y Tranquilina jamás volvió a tener la tranquilidad como la conocieron sus primeros tranquilos pobladores. Ya todo se hacía basado en decretos emitidos por el Jefe que subian y bajaban como elevador de edificio moderno. Pero, ese mismo tiempo que aunque se trate de cambiar pasa inexorablemente y para todos igual, pasó también por encima del Jefe y todo lo que se sabe de él es a través de un libro-testamento escrito muy mitológicamente pero que realmente nadie nunca lo ha visto. En él se dice que el Jefe descubrió un dia que  no era eterno y que le podría dar cualquiera enfermedad que lo sacara del listado de la vida como a cualquier mortal y por tal razonable observación llevó a cabo un plan que lo haría inmortal. Primeramente declaró feriado todos los dias del año a partir, diariamente, después de las seis de la tarde que realmente eran las seis de la mañana según un decreto suyo emitido con anterioridad. Prohibió, con otro decreto, festejar los dias feriados al no ser trabajando. En el mismo decreto, que pretendía hacer del trabajo una fiesta diaria, declaró el domingo oficialmente como lunes
y al lunes lo convirtió como tal, los restantes seis dias de la semana para que nadie se olvidara que  en ese dia normalmente en todas partes comienza la semana laboral.
A todos sus colaboradores desalmados desarmados les cambió las responsabilidades que nunca tuvieron y menos asumieron y como incumplieron con lo que no les habian asignado, estadísticamente pasaron a formar parte oficial de la lista de los abortados. Creó un estado de confución tal con los horarios y las fechas que en Tranquilina nadie sabía darle los tres tiempos a un verbo. Y ese fué el momento exacto en que el Jefe decidió morir. La historia de su fallecimiento llegó hasta nuestros dias como un eco sin comprobación real. Unos la situaron en una fecha y otros, “los ver para creer”, dicen que eso fué un aborto que nunca se logró. Es muy posible que Tranquilina realmente nunca haya existido pero nos dejó la enseñanza que los siete dias de la semana para los necesitados trabajadores son siempre lunes y ademâs que,  como dice la conocida frase, nunca se debe permitir que alguien venga a arreglar lo que no estâ roto, porque por ahí es que comienzan las intranquilidades donde hubo tranquilidad, como sucedió en Tranquilina.

Escribe: Modesto Reyes Canto.
Arte: Karen Reyes.

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