Thursday, September 20, 2012

LA MIGRA


"Humanos hay donde quiera que los haya"
 
Arnaldo Cruz había entrado a Estados Unidos como la gran mayoría de sus compatriotas: ilegalmente, y así de ilegal se encontraba el día en que se decidió en visitar la oficina de inmigración mâs cercana al cuartico en que vivía con toda su familia. Solo queria conseguir un permiso de trabajo.

Algunos amigos le habían advertido que ni lo intentara, pero si algo venía en la sangre de los Cruz era su terquedad. Y decimos lo de la sangre porque se cuenta que entre sus antepasados sobraban los tercos, hasta el extremo que en una oportunidad dos tios suyos, después de una tarde de discusion interminable, se levantaron a las tres de la mañana y mataron un cerdo solo para ver de qué lado tenía el corazón el pobre animalito que casi seguro no estaba ni preparado sicológicamente para ese adelanto de Nochebuena que le llegó de improviso.

La cuestión es que Arnaldo se fue a inmigración, hizo su fila y, pasado un buen rato, se encontraba entre cien personas que esperaban para una entrevista con un oficial. Según se iba alargando la espera, Arnoldo se iba enterando de cosas por él desconocidas. Así se enteró de la “forma” I-130 que sirve para reclamar familiares. Es bueno aclarar para los que desconocen los procesos inmigratorios como le sucedía a Arnoldo, que forma es la forma que se llama en USA  a las planillas, o modelos grâficos que hay que llenar para todo tipo de trâmite inmigratorio. Mâs adelante Arnoldo supo que una forma con la numeración I-485 servía para solicitar la residencia permanente. Claro estâ tenía que venir acompañada con la I-765 que escuchó decir que era algo para obtener el permiso de trabajo. Precisamente lo que él venía a buscar.

Siguiendo atento a todo lo que se hablaba a su alrededor, se enteró que la llamada planilla I-130 solamente surtía efecto si el que la avalara era ciudadano Americano o residente permanente. Eso no le agradó. Sobre la I-485 pudo enterarse que solamente la podían llenar los que previamente habian sido aprobados por una petción I-130, hecha anteriormente por alguien que tuviera derecho a hacerla. Y lo siguiente que escuchó—y aquí puso mas atención, pues era el motivo real de su visita a Inmigración--,fue que la I-765, es decir, la que te autoriza a partirte el lomo trabajando legalmente y que se llama Permiso de Trabajo, solamente tenia derecho a llenarla y obtenerla alguien que se encontrara legalmente en el país, ya fuera por una petición o porque el solicitante había sido reclamado por algún empleador.

Ninguna de las dos opciones le hizo gracia a Arnoldo, y se hubiera levantado de allí enseguida si no llega a ser por su terquedad que  le venía en sus raices, y su deseo de lograr un permiso de trabajo.

Pasado un rato, fue llamado para entrevistarse con un oficial de inmigración.

--En qué puedo servirle?—Preguntó el funcionario Americano muy educadamente y en perfecto español.

--Vea pues, señor—comenzó diciendo Arnoldo.—Yo no tengo derecho a eso que llaman I-130 porque ni soy Americano ni residente permanente tampoco.

--Muy bien. Entonces?

--Esa que se llama I-485 tampoco me toca, porque no me tocó la I-130.

El Americano sonrió.

--Ahora bien. La I-765 ,que dicen que es para que cuando trabajes no te revienten los patrones y te paguen lo que les de su realizimas ganas, si creo que me toca, aunque no me toque. Le cuento. Tengo cuatro hijos y una mujer que mantener y necesito tener papeles de trabajo derechos. Y por favor, no me diga a usted que regrese a mi país porque allí hay menos trabajo y mas gente buscândolo con el morro pegado a la tierra.

--Sea honesto. Usted estâ ilegal aquí?

--Si,señor. Le confieso. Esa es la única cosa ilegal que he hecho en mi vida.

--Y con qué trabaja?

--Con las manos, los pies, espalda y con el pensamiento de mi familia.

--Muy bien. Muy bien. Pero yo lo que le pregunto es con qué documentos trabajas. Falsos?

--No,no,no.—Se apresuró a hablar Arnoldo y agregó—Yo soy una persona mas derecha que muerto en caja y no le meto a nada falso. Yo voy a los lugares y hablo,hablo y hablo hasta que me dan el empleo.

--Es usted terco, amigo.

--Con perdón de usted. Terco no, necesitado. Eso sí; tercos unos tíos  míos, le cuento…

Arnoldo le hizo al oficial la historia de sus tios y el cerdo. El oficial rompió a reir como un loco.

--No se por qué dijo el funcionario todavía riendo,--pero le voy a otorgar un permiso de trabajo por un año.

--Pos, y después de un año qué?

--No se. Viene por aquí otra vez, me hace otro cuento de sus tios, y quién sabe: a lo mejor se va con la aprobación de una I-485.

--Ah,pues, ya estuvo patroncito. Si la terquedad me va a traer esos papeles, dentro de un par de meses llamo a mis tios y los pongo a pelear diciendoles que la vaca tiene el corazón en el mero culo.

El oficial quedó riendo otra vez a carcajadas. Y Arnoldo salió riendo también tercamente y con su permiso de trabajo en un bolsillo.

 

Escribe: Modesto Reyes Canto.

Arte: Karen Reyes.

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