Saturday, January 28, 2023

 MAS QUE UN SIMPLE ESTORNUDO.

(Nota: Hace 25 años se publicó en disistintos medios ( Incluyendo El Nuevo Herald) la siguiente crónica de mi autoría y hoy la repito porque nada ha cambiado, para peor si, en la industria de la medicina, donde el Paciente ya no lo es com tal, sino , Cliente.. A leer.

Definitivamente la industria médica en USA es uno de los negocios que más dinero genera a las grandes compañias dedicadas a que la gente se cure o por lo menos que se crea que no está enferma y si realmente no lo está, ya la publicidad diaria y trasmitida por todos los medios de comunicación existentes sobre casi todas las enfermedades que pudieran existir se encargarán, más temprano que tarde, en convertirlo en un hipocondriaco inducido, pues las ganacias monetarias de dicha industria, radica en que usted esté enfermo o por lo menos se crea que lo está. En Estados Unidos casi todas sus calles están llenas de clínicas, laboratorios, hospitales y. ¿ por qué no?, hasta de funerarias por si los anteriores fallan en los diagnósticos clínicos para curarle la enfermedad que padece o que cree padecer. Pero bueno, el negocio de los vivos que dejan de serlo es otro millonario negocio que no es el caso a tratar ahora. Lo cierto es que enfermarse en USA debe ser aparentemente como estar enfermo en cualquier otro pais, pero no es igual ni parecido. Aquí cada enfermedad tiene distinto tratamiento, muchas veces dependiendo del tipo de seguro médico que posea el paciente y casi siempre todas las enfermedades vienen precedidas de estudios clínicos, estadísticas, encuestas, etc y al final ninguna enfermedad y tratamiento resulta fácil y casi nunca curable del todo. Y para muestra ahí van varios botones.

Resulta ser que hace unos dias agarré o mejor dicho me agarró uno de esos catarros, gripe, gripa, o como quiera que se les llame y que son muy comunes en los tiempos de cambios de temperatura.Y como de verdad no me sentía nada bien con tantas estadísticas de personas que se han ido para el “barrio los boca arriba” por simples estornudos y como tampoco tengo un seguro médico que me cubra visitar un doctor, decidí llegarme a la farmacia más cercana en busca de un jarabito para controlar la tos.

La fila de personas que querian ver al farmacéutico pasaba de diez. Cada uno con un problema de salud distinto y que venian a recoger las medicinas que les habian recetado o para pedir algún tipo de información sobre alguna enfermedad, pues también carecian de seguro médico. Por un viejito en sus largos noventa me enteré que en este pais hay siete millones de hombres que sufren impotencia…con sus correspondientes esposas-pensé yo- pues si a muchos de esos millones le dan una chiquita de 21 años o menos ,(hasta donde permita la ley) funcionarian a las mil maravillas. Otro señor manifestó que su problema era la presión alta y dió como dato estadístico y quizas como consuelo de tonto, que en USA 35 millones de personas sufren de ese mal llamado el asesino silencioso y que mal cuidada te deja mudo para siempre. Un tercero me dijo que estaba allí esperando por unas píldoras para el corazón, y me informó-sin yo pedírlo-que esas mismas pastillas las consumen diariamente 18 millones de ciudadanos que tienen problemas con la pompa cardíaca y nada relacionado como cuando el corazón te palpita muy rapido haciendo que el pulso se te impulse cuando quieres demostrar, o tratar, a tu pareja tu brutalidad sexual.Un cuarto manifestó que estaba allí porque le dolía el dedo gordo del pie derecho y que su doctor le había recetado unas pastillas y que al leer los efectos secundarios que podrian producir las tabletas se horrorizó, pues lo menos que le advertian en la etiqueta del frasco de las pildoras, era que al tomarlas pudiera ser que le diera un ataque cardiáco o una trombósis cerebral, amén de que pudieran tenerlo todo el dia sentado en el inodoro o estreñido permanentemente. La cuestión es que el señor quería averiguar si eso era posible y si era así, según dijo, él mismo se cortaba el dedo gordo y al carajo con las pastillas. Más adelante en la fila se volvió hacia mi un caballero entradito en años, que me puso al tanto del azote de la diabetes-otra asesina silenciosa-en este pais. Se declaró diabético con una producción de azucar en su sangre que ya quisiera para si el merengue dominicano o un central azucarero cubano en plena molienda, y como dato estadístico habló de unos 38 millones de habitantes, solamente en 15 estados, con esa “dulce enfermedad” que también te lleva para el más allá silenciosamente.(?)

A otro individuo le escuché decir que se  sentía de los más bién pero que él sabía que tenía que tener alguna enfermedad porque en Estados Unidos todo el mundo, según estudios, y por la cantidad de medicamentos que el veia anunciados en todos los medios de comunicación, estaba enfermo de algo y él no iba a ser la excepción y por tanto quería preguntarle al farmaceútico si por su experiencia conocía de algún examen médico que se le pudieran realizar para detectar a tiempo alguna enfermedad que él estaba seguro debía tener.

Prueba del colesterol, 50 dolares la mas simple, le dijo alguien de la fila.

Analisís para detectar alguna anormalidad en la próstata o el colón; costo de alrededor de 350 dólares-- dijo otro. Un MRI del cuerpo entero incluyendo los organos internos te costará unos cuantos miles de dólares ;- Le dijo una señora. Alguien más del grupo le comentó:- E imagínate cuanto te va a costar la jugada si te tienen que hacer estudios serios sobre el corazón, los pulmones, el higado, los riñones, el pancreas y cualquier otra porquería de las que tenemos por dentro. En cuanto te pasen la cuenta por los servicios médicos te vas a querer morir ahi mismo, porque te van a querer cobrar hasta por realizarte estudios de huesitos que ni sabias que tenias en tu cuerpo.

El individuo cuando mentalmente empezó a sumar los costos abandonó la filas y salió de la farmacia más rapido que ambulancia en ruta para un hospital. Casi que me atrevo a aconsejarle que se fuera a ver a un siquiatra, pero preferí quedarme callado y más teniendo en cuenta que el tipo estaba grande, fuerte y verdaderamente se veia saludable.

Por su parte, el diagnóstico que sobre su enfermedad se sirvió

darme—sin que yo que ya sudaba pidiera—una dama con varios tic nerviosos y ninguno normal--fue que padecía del “estrés”. Según ella, el “tres” le había entrado desde hacía diez años cuando su esposo se le fué  con una mujer 20 años mas joven que él y que ella, y por si fuera poco, le llevó todas las tarjetas de créditos, el auto que estaba a nombre de los dos y por si no bastara todo lo anterior, la pobre abandonada señora un tiempo  después  se enteró que con la una que se había ido su esposo realmente era un uno operado y convertido en una mujer. A cualquiera le da un 333!!!. Pero ahí no paró la explicación de la dama. La estresada me hizo saber que el “tres”mata cada año a tres millones de personas y que esta enfermedad del siglo aqueja nada menos que a 75 millones de norteamericanos: Como para no solicitar nunca la ciudadanía norteamericana!!... Me dije yo.

Otro señor de la fila, y que no mostraba sintomas de mal alguno—a no ser lo feo  —explicó que estaba allí para saber que era bueno

contra el colesterol, porque verdaderamente él le daba puercaménte al puerco y le habian dicho que esa enfermedad(silenciosa también)era de mandarte para al más pa’lla, que el allá, sin que te dieras cuenta. Para finalizar aseguró que el colesterol alto lo padecen también mas de 80 millones de norteamericanos.

Hubo alguien en la espera que habló de la llamada medicina alternativa llamadas también naturales. Contó que a él le habian contado que ciertas hierbas que usaban nuestros antepasados eran milagrosas en el tratamiento y cura de distintas enfermedades.

Otro más real se volteó hacia él y le dijo:--Compadre!! si la gente de antes tenian cuarenta años y parecian que ya se habian muerto hacía veinte. Todo eso es cuento para vender pastillas, si no mi abuelo todavia estuviera haciendo hijos.

Finalmente llegó mi turno de enfrentar al farmacéutico con mi catarrito de mentiritas(mickey mouse) pero para entonces ya yo estaba en un puro temblor por todas las estadísticas y comentarios que había escuchado sobre distintas enfermedades cuyas finalidades son borrarte silenciosamente de la lista de la vida.

¿Cuál es su problema?—Me preguntó el farmacéutico.

Ninguno—contesté con mi voz acatarrada—Y agregué:- yo estoy entero.

¿Entero? Pero si a usted el catarro se le sale hasta por los ojos?. Míre, --siguió hablando.--le voy a decir algo que estâ en las estadísticas. Cada año en este pais por un simple catarrito mueren…

No lo dejé terminar. Ahí mismo le rompí cualquier dato que me quisiera dar antes que me lo diera. Doctor—le dije—de catarro no se si me voy a morir. Pero en una fila de estas a cualquiera le puede caer, entre otras cosas, un stres en el colesterol que es capaz de dejarte impotente. Así las cosas me voy para la casa y a la antigua; Ron, limón, paciencia y morirme de algo bien sencillo y económico: VOY A MORIR SANO. Después de todo, en el tiempo de antes a nadie le importaba por qué te dió el patatús, la simbumbia, la sirimba, una chiripiolca  o "una cosa" y no se llevaban estadísticas de por qué se iban los que no se quedaban. Por tanto me niego rotundamente a ser del bando de los muchos y menos el de los tontos.


Modesto Reyes Canto


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