Friday, April 24, 2015

Número UNO



La matemática tiene muchos números, pero el más importante, sin discusión, es el UNO. En todo lo que nos rodea ese es el  que marca o pretende, marcar la diferencia entre el que lo esgrime como propiedad exclusiva ante cualquier tipo de competidor, ya sea en política, deportes, restaurantes, radio, televisión etc,etc.( Por cierto, ese etc no le gusta a nadie que lo señalen como tal). Es dificil encontrar a alguien que se conforma y que reconozca, que es algo menos que el UNO. Pongamos ejemplos:
En política, sobre todo en plena campaña electoral, aunque todas las encuentas den por perdido a un candidato o a varios, frente a uno que en la preferencia del electorado se ha mantenido en ese lugar, los demás, por no salirse de lo establecido de decir lo que quieren escuchar sus votantes, le van a decir a estos que no le hagan caso a los datos publicados por las encuestadoras, pues ellos son el número UNO. Al final de las elecciones, cuando al candidato lo han pateado por todos los lados y han votado contra él hasta los de su propio partido, así y todo, argumentará que hubo trampa, porque él vive convencido de que era el número UNO.
En los restaurantes no hay uno solo que no se anuncie como el número UNO en tal o más cual especialidad y muchas veces lo que cocinan en el, verdaderamente no tiene color, olor y mucho menos sabor, tres condiciones necesarias para que el commensal saboree algo que de verdad sabe a comida, no como que sabía a “rayo encendido”,( como dice cualquier campesino cuando lo que le dieron y el pagó como alimento, es tremenda porquería) y que nada tenia que ver con ese número UNO como la anunciaban. Y ni hablar de los que aparte de declararse numero uno, dicen que el éxito de su buena comida radica en el secreto familiar transmitido de generación en generación, que poseen para elaborar la misma. Y cuando uno la prueba y comprueba que es tremenda mierda, inmediatamente llega la la conclusion, de que el único secreto que poseen, es el negocio que tienen con la farmacia de las esquina, a la cual acuden todos los clientes del restaurante en busca de un remedio que les controle las diarreas que allí le provocó el “secreto” del cocinero, que por cierto, es para recordarle todo su arbol genealógico.


En los medios de comunicación, sobre todo en lo concerniente a Radio y Televisión, no hay ninguna estación radial o televisiva que no proclame a los cuatro viento y hasta a ráfagas de huracán categoría 5 si lo pudieran hacer, que ellos son el número uno en audiencia, aunque verdaderamente no lo escuchen o vean, ni los dueños de dichos medios. De todas maneras esa publicidad de declararse número uno va a ser una constante, aunque sea por el aquello de mortificar a los que si ostentan esa condición.
Es cierto que a cualquiera le gustaría ser número uno en todo o casi, pero como eso es imposible de lograr, no hay que obsecionarse  por obtener esa distinción y mucho menos  tratar de cambiar la aritmética para que los números le sean favorables. A continuación publico una anecdota, real totalmente, que ocurrió en mi familia con una maestra de metemática y uno de nuestros hijos.
Resulta ser que dicha maestra le suspendió un examen al niño porque este “equivocadamente”  ante una pregunta hecha, le contestó que después del número diez iba el once y ella le dijo que no, que el nueve. Enterado el familión de lo sucedido con la educadora, casi que en alarma de combate salimos hacia la escuela. Hubo hasta un miembro de la familia que llevó un madero de 2x4 por si a la maestra no quería rectificar las notas, dejando claras las cuentas matemáticas. Una vez frente a la profesora y ante nuestros reclamos, está nos afirmó categoricamente que después del  diez iba el nueve, y seguidamente el ocho, siete, seis…y así hasta llegar al codiciado número uno.
Al escuchar esa última afirmación hecha por una émula equivocada de Pitágoras, solo se me ocurrió decirle: Con todo el respeto que me merece, pero usted pretende cambiar las matemáticas y está numerando como si fuera a lanzar un cohete para el espacio.
 Desde aquel dia me he quedado traumatizado y desconfio de todos los números uno que por ahí se anuncian, que no sean yo. ¿ ?.
Escribe: Modesto Reyes Canto.

Arte: Karen Reyes.

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