Saturday, April 20, 2013

"MI OTRO YO"

Ser o no ser( to be or not to be) esta frase dicha por el Rey Harlem en la obra teatral Harlem escrita por William Shakespeare me hizo pensar en
mi otro yo, ese que va escondido por dentro de uno y que por distintas razones a veces no dejamos que se nos escape del pensamiento, pues la sociedad nos ha enseñado que tú eres tú y punto, porque real y definitivamente, usted es lo que es, los otros son los que son, yo soy lo que soy y así la conjugación del verbo hasta lo infinito. E incluso se dice, muchas veces con razón, que uno tiene su otro yo, ya sea por parecidos físicos o por los mismos gustos, y hasta un matrimonio cuando funciona bien le llaman las dos medias de una naranja, aunque realmete a lo mejor una mitad es dulce y la otra agria. Pero hoy voy a romper las reglas establecidas y aunque sea mentalmente, voy a sacar para afuera mi otro yo, el que realmente en algunos momentos quisiera ser y voy a tomar la frase del Rey Hamlet, Ser o no ser, y sin cuestionamientos voy a ser lo que quiero y después de mi el diluvio, como dicen que dijo Luis XV.... Ahí van algunos ejemplos. Desde niño a uno le gusta fantasear con ser otra cosa y casi siempre la fantasía es sobre un superhéroe; Supermân, Batmân Aquamân, El Zorro y por ahí para allâ todo lo que sea extraordinario ante la vista de un chamaco. Lo único que nadie quiere ser es El Jinete Sin Cabeza.Y producto de lo anterior hay veces que yo quisiera ser otra cosa, dentro de la especie humana por supuesto, porque es lo que muchas veces siento en mi interior. Por ejemplo: voy por una carretera manejando a la velocidad establecida por la ley. Detrâs de mi auto viene otro que ya lleva rato sonândo el cláxon para que yo le imprima más velocidad a mi cacharrito, que por respeto a las leyes que regulan el tráfico y por defectos mecánicos en mi casi automóvil, este no lo lograría ni con vientos huracanados a su favor. Finalmente el individuo de atrâs aprovecha su esperado momento y me pasa por al lado a velocidad vertiginosa mientras me mira con una sonrisa de triunfo dibujada en su rostro. Ahí mismo es cuando yo quisiera ser el otro yo que llevo escondido adentro: POLICIA!!!.Sacar no se de donde, un bombillo azul y que alumbre más que luz de torre de control en aeropuerto, colocarlo en mi techo, hacer sonar la sirena del auto policial con más potencia que la de un barco entrando a puerto, o claxon de tren cuando se deja escuchar de madrugada con las claras y maquiavélicas intenciones de despertar a más de la mitad del pueblo por donde está pasando, y hacer que el risueño se detenga inmediâtamente y contemplar en su rostro una cara de susto como espectador en película de terror. Lo próximo sería caminar hasta él, con caminado de no menos de General de cuatro estrellas cuando está a punto de dar una orden para que los soldados vayan a pelear, solicitarle la licencia de conducir, romperla en 999 pedazos(decir mil es muy común)sacar mi palo de policía y sonarle cuatro palazos, a él, no al carro. Después sería el turno de sacar mi revolver y dispararle un tiro a cada una de las cuatro gomas y finalmente coger las llaves de su auto y botarlas para la parte mâs profunda del lago mâs cercano. Luego montarme en mi fotíngo y alejarme con una sonrisa triunfalísta en mi rostro.
Otro momento en que quisiera ser el otro yo es cuando veo un individo
con parecido a pulga sin perro o a una mala palabra, paseando del brazo de una mujerona, de esas que tienen todo donde tienen que tenerlo y nada mal puesto y que se ve profundamente-- y sin ningún interes monetario a la vista pues andan en bicicleta,-- enamorada de esa cosa rara que lleva a su lado. Por qué?, me pregunto ante  escena tan dispareja que miro e inmediâtamente quisiera transformarme en un hombre de las cavernas y con mi mazo al hombro partirle para encima a los dos. A él sonarle un mazazo por la cabeza y a ella dos por tener el gusto tan malo, arrastrarla por los pelos y llevarla para mi cueva y como castigo aplicarle mi brutal salvajísmo sexual las 24 horas del dia los siete dias de la semana. Y si la semana tiene más de siete dias, como dice Manzanero en una de sus canciones, tampoco la dejo descanzar esos dias extras.
En otra situación  en que quisiera ser otro yo y mâs en tiempo de elecciones, es cuando veo a un político que se está postulándo para un cargo determinado. Me da ira, rabieta, enojo y encabronamiento, escucharlo decir que él es el hombre mas honrado y decente que él ha conocido. Que va a aumentar los salarios y extender los dias de vacaciones para los obreros. Que va a bajar los impuestos y las tarifas telefónicas, eléctricas, del agua y de cuanto bill vil uno tiene que pagar todos los meses. Mentiras!!!!! Me grito tan fuerte mentalmente que casi dejo escapar el pensamiento y ahí mismo me transformo en el otro yo que quisiera ser en ese momento y sin pensarlo dos veces le voy para encima al político de marras, le quito el micrófono y con el mismo le hago un par de chichones en la cabeza. Le retiro la ciudadanía americana, lo declaro ilegal y lo pongo en deportación junto con todo el que lo estaba aplaudiendo y a todos los envio para Haiti en el primer barco que salga para allá. En los deportes, principalmente en el baseball, también quisiera ser otro. Quién ha visto que mi equipo favorito vaya a estar perdiendo diez carreras por cero y yo, mi otro yo, se va a quedar tranquilo y de brazos cruzados?. No señor. Lo primero que hago es tirarme para el terreno con un bate en la mano y emprenderla a batazos con todos los umpires que se atrevieron a poner out a los bateadores de mi equipo. Al pitcher contrario, hasta ahora muy dominante contra mi equipo ,lo domino partiéndole el brazo de lanzar e inhabilitândolo por el resto de la temporada. Y después, bajo la amenaza  de que poseo no menos de cinco cohetes nucleares instalados y listos para ser disparados contra el stadium,-- como hace cualquira que los tiene (aunque muchas veces no son mass que puros supositorios) ordeno que se invierta la pizarra y que quede bien claro que es mi equipo el que está ganando no diez, sino cuarenta y ocho carreras por cero y en el mismo primer inning…Algo que también me gustaria ser es Cocinero, no uno cualquiera, si no alguien graduado de una escuela de alta cocina con título y todo que diga Chez. Lo cierto es que no me gustaría serlo por lo mal que cocinan la mayoría de las veces, sino por los trucos que hacen, como lograr venderle a un comensal dos pedacitos de lechuga, uno de carne que muchas veces ni se sabe de que animal salió, un trozo de fruta,-- la que esté en temporada---, y una botella de champagne que verdaderamente sabe a sidra porque realmente es sidra falsificada--, de la más barata-- y después pasarle la cuenta a ese que fué a sentarse a ese restaurante solamente por tirarse aquello mas alto que lo otro o porque es de los que come huevo y defeca pollo, y lograr que pague cientos de dolares y además déje una buena propina por laprquería de casi comida que se ha comido? Por enterarme del acto de magia que hace ese experto culinario para lograr vender lo que ciertamente es dificil de consumir hasta si te pagan por hacerlo, es por lo que quisiera ser cocinero.Otra cosa que me pide ser mi otro yo es Juez, sobre todo para cuando me caiga un caso donde al criminal que se le está juzgando con todas las pruebas y evidencias contra él, se declara inocente y el abogado defensor lo apoya firmemente avalando su inocencia. Ahí mismo entra mi otro yo y lo menos que hago es condenar a la silla electrica, con el doble de voltage que se requiere para la ejecución, al abogado defensor por ser igual o más criminal que al que está defendiendo. Pero bueno, como siempre digo, los abogados son tiburones de tierra. Nada,que verdaderamente muchas veces deseo ser mi otro yo.Y,sobre todo, lo que mâs me gustaría ser en los momentos en que mâs lúcido estoy, es siquiátra, con manias incluidas, y que sea de esos que curan de verdad (aunque todavía no conozco a ninguno ) a ver si puedo curarme, porque creo que lo que estoy es loco y mi otro yo de ingreso, que hay que encerrarlo urgentemente  en un manicomio, botar las llaves de su celda y olvidarse de él...y de mi también, porque ciertamente mi otro yo soy yo. Aunque se, que hay situaciones en la vida, que a cualquiera le gustaría dejar escapar el otro yo que todo ser humano lleva por dentro.

Escribe: Modesto Reyes Canto.
Arte: Karen Reyes.                                                                                                                                                  


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