Llegué
en punto a la consulta de psiquiatría a la una de la tarde y aunque el turno era
para las doce del dia, yo sabía que el psiquiatra no llegaria hasta las dos
pues, como se dice que casi todos los psiquiatras están medio locos o enteros, imaginé que este que hoy me iba a ver, antes de salir de su hogar primero tenía
que hacer muchas manias como, ponerse los zapatos al revés y después
enderezarlos. Abrocharse el cinturón con la hebilla hacia atrás para que le
jugara con la cremallera del pantalón colocada en la misma dirección y sobre
todo que el nudo de la corbata le quedara en la nuca. Dicen que todas esas
manias las hacen como un acto de superstición. Pero lo cierto es que todo lo
anterior le roba mucho tiempo, pues
después tienen que colocar al derecho todo lo que se pusieron con la dirección
contraria para no salir así para la calle y que de médico termine
de paciente y por eso casi siempre tienen fama de llegar tarde para ver a un
paciente, que conocededores de esas historias de “corte circuito”,’’pase a
tierra” o “guayabitos en la azotea” o más de acorde a estos tiempos con
respecto a las comunicaciones que se
viven hoy dia, también se conocen como SHESE (Satelite Humano Enviando Señales
Equivocadas), se llenan de mucha paciencia a la hora de ver al doctor. Todo lo
anterior y otras manias, se dice que las realiza el siquiatra en nombre de la
ciencia para poder conocer mas profundamente los males que pudieran afectar a
un posible enfermo mental. No creo eso. Porque si en nombre de la medicina hay
que asumir el papel del enfermo entonces el cardiólogo se tuviera que
autoinfligirse dos o tres ataques al corazón por semana y un ortopédico
partirse un hueso diariamente. Y lo mismo ocurriría con casi todas las
especialidades médicas. Aunque en el caso de los ginecólogos, si son hombres,
no me imagino como pudieran hacer para ampliar sus conocimientos médicos.
Ya
a las dos en punto, como pensé, llegó el psiquiatra que sin mediar saludo se
sentó en su escritorio, sacó un cigarro se colocó una fosforera en la boca y
con el primero hizo varios intentos de encender el segundo. En cuanto lo vi
hacer ese gesto desquiciado varias veces me dije para mis adentros:-- Este es
el mio. Con él voy a encontrar todas las respuestas a mis preguntas. Pasado un
rato tiró la fosforera y el cigarro al cesto de basura, se volteó hacia mi y me
dijo:--No piense usted que me está patinando el coco. Lo que sucede es que
estoy tratando de dejar de fumar y no quiero hacerlo por los métodos tradicionales
como colocarme el conocido parche pues termino
enrrollandolo y fumandomelo. Pero, vayamos a lo nuestro. Qué le trae por
acâ?
Este…Mire
doctor. Hay gente en mi familia que dicen, casi que lo afirman, que yo estoy
algo trastornado y quiero la opinión de un experto.
Okey.
Vamos por paso. Desde cuando comenzó esa sospecha en la familia sobre usted?
Yo
le diría que desde niño.Mas exactamente cuando me declaré Superman.
Pero
por Dios!. Exclamó el siquiatra y agregó:--De niño yo también fui Superman.
Y usted volaba ?, le pregunté.
Bueno, volar como volar no. Usted lo hacia ?.
Lo hice varias veces. Primero, con traje y todo, me
tiré desde encima de un cajón. Después puse un cajón encima de otro y también
me lancé.
Y volaba? Porque yo hacía lo mismo y lo mas que
lograba era un aterrizaje y dos o tres magulladuras en el cuerpo.
Yo también tuve mis aterrizajes y algunos golpes.
Pero yo estaba dispuesto a ser Superman.
Y que se piensa usted, que yo llevaba puesta una
capa puesta porque queria ser la Caperucita Roja ? Lo mio era volar o
restrapallarme en la Kriptonita de todos los supermanes como nosotros; el piso.
Igual que yo Doctor!!! Lo anterior se lo dije al
galeno lleno de júbilo y le agregué:-- Yo me tiré hasta de una segunda planta en
mi empeño de ser upermán. Claro, como no volé, y todavía sigo pensando que fue porque la capa que yo usaba estaba
defectuosa, me agarró la kriptonita que usted dice y me partí varios huesos.
Incluso, todavía tengo uno en una pierna que está dislocado o fué que me lo pusieron al revez. Usted no cura ese
tipo de dislocamiento?.
No,no. Los dislocamientos que yo curo, o trato, son
de ese satelite natural que llevamos encima de los hombros.
Bueno, agregué,
la cuestión es que después de ese aterrizaje forzoso fue que la gente
comenzó a comentar que yo tenía un “patín” en la cabeza. O sea, que estaba casi
loco.
Que injusticia! Todos los niños tienen
imaginaciones y las desarrollan de distintas maneras. Yo he tenido aquí en mi
consulta a Napoleones. Mujeres Maravillas. Muchos Batman. Por cierto, yo
también me hice Batmán cuando dejé de ser Supermán. Pero como no tenía el
Batimóvil ni ningún amiguito que quisiera acompañarme haciendo el papel de Róbin
cuando yo me tiraba en bicicleta por la loma mas alta que hubiese en mi ciudad
y sin tener frenos, tuve que renunciar a ser ese personaje porque un Batman sin
Róbin es como mencionar a Adan sin Eva y toda la jodedera que se armó por la
manzana. Pero bien, siga con su historia.
El caso es que después me dije: Yo lo que tengo que
ser es Róbin Hood. El problema era que yo vivía en un pueblo pequeño donde
solamente había un rico y al cual todo el mundo le llamaba Hood Róbín.
Si claro, interrumpió el siquiatra y agregó,-- le
llamaban asi porque le robaba a los pobres.
Exactamente. Pero como era el único con dinero lo
que le sobraba era poder. El ponía y quitaba alcaldes,policias,jueces. En fin. Si
como Róbin Hood yo le robaba a él para darle a los pobres lo que me iba a caer
encima iba a ser peor que lo que le cayó al original. Así que desistí de asumir
la personalidad de ese personaje.
Mire amigo, habló el siquiatra. Le diré que la
imaginación es algo innato y totalmente normal en el ser humano y no importa a
la edad que se tenga. Por ejemplo. Cuando usted ve un par de buenos senos no se
los imagina lo bien que se sentirian en su boca?. Y eso no quiere decir que
usted padece un trauma desde pequeño porque su mamâ nunca le dio las tetas. Los
niños asumen distintas conductas durante su desarrollo. Los hay muy tranquilos
y entretenidos a los cuales muchas veces los adultos les llaman medios
comemierdas. Hay otros, que son mas regados que un saco de arróz cuando se
rompe en el piso, y desbordan una intranquilidad constante. No se estân quietos
ni un minuto y siempre estân inventando algo. A esos la ciencia les llama hiperactivos
y la gente les dicen hijos de puta.No,no. Doctor. A mi lo que yo hice cuando niño no me preocupa. Si no ya de grande. Le cuento. Hasta hace poco yo fui alcalde de una pequeña ciudad. Y gané las elecciones haciendo una campaña donde en ella manifestaba que no iba a construir carreteras, escuelas, parques. Que iba a subir los impuestos hasta donde me diera la gana y que iba a robar todo lo mâs que pudiera y, por hacer ese tipo de campaña publicitaria mucha gente decía que yo estaba loco y que no iba a lograr ni el voto mio ni aunque yo lo emitiera a mi favor Y sabe qué?. Gané la alcaldía con mas del 80 por ciento de los votos emitidos. No es eso una locura colectiva?
Depende. Por usted votaron cuerdamente los que entendieron que fue honesto al expresar lo que verdaderamente va a hacer un político, cuando en plena campaña manifiesta lo contrario, si sale electo. Loco sería votar por alguien que te estâ diciendo mentiras. Algo mas?.
Si. La verdadera razón por lo que vine aquí. Resulta ser que a mi me gusta una mujer pero yo no le gusto a ella y hay otra que yo le gusto pero ella no me gusta a mi y a las dos les gusta un tercero que ellas no le gustan a él porque a él le gusta otra que a su vez le gusta otro. Todo este gusto para alante y para atras es normal?
Que le voy a decir. En la única rama de la siquiatria en que no se ha adelantado nada es a la correspondiente al sentir de los corazones. Porque el amor, amigo mio, ese si es un verdadero caso siquiâtrico.
Nota: Ya se puede adquirir la novela de mi autoría titulada El Diálogo de la Vagina a través de Amazon-Kindle o directamente en: http://www.com/dp/b00owl2jj8 y a precio de casi mercado de pulgas.
Escribe: Modesto Reyes Canto.
Arte: Karen Reyes.
Como te dijo el medico que te atendio: No sabia que mi amigo Mode, fuera tan famoso al escribir en tantos periodicos y sobre todo en "El dialogo de la Vagina". Carlos Curras.
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