En
la era de la Unión Soviética ésta le había cedido,prestado,regalado o vendido a
Cuba unos cañones de 122 milímitros,que eran de la época de la Segunda Guerra
Mundial y la tropa, desde que llegaron al pais los bautizaron con el nombre de
“la bola de hierro” por lo mucho que pesaban y lo incómodo que era trabajar con
ellos para poder trasladarlos de un punto a otro donde supuestamente iba a
estar o aparecer el enemigo. Dichos cañones eran un gasto constante pues había
que estarlos engrasando cada cierto tiempo pues si no se hacía así se oxidaban.
Esta bola de hierro se tenia que mover de un lado a otro con un vehículo
parecido a un tanque de Guerra que le decian Oruga. La característica principal
de ese equipo bélico era que había que tenerle a mano una pipa llena de
petroleo pues gastaba ese preciado liquido en cantidades industriales. En el
tralado del cañon la escuadra encargada de hacerlo funcionar iba sentada y ahogada
dentro de la Oruga que tenía la particularidad de fâbrica de meter hacia su
interior toda la tierra y polvo que encontraba por fuera y,como consecuencia de
esa tormenta casi de desierto que entraba,los siete u ocho soldados dentro de élla,
con el tiempo serian declarados asmâticos crónicos dos de ellos. Otros dos
llegarian a ser parcialmente ciegos y los otros tres o cuatro restantes con el
pasar de los años sufririan de alguna enfermedad de la columna vertebral o
desprendimiento de alguno de los dos riñones porque la Oruga era la campeona de
hacer sentir adentro todo hueco que hubiera en el exterior.
Ya
al llegar al lugar,costa de Pinar del Rio, donde se esperaba ipotéticamente que
era por donde exactamente iba a entrar el enemigo, se desmontaba el cañón de la
oruga y se preparaba aquella bola de hierro para que estuviera listo para
dispararle a un bote viejo que iba arrastrada con una soga por una barcaza por
el mar. El barco viejo a lo sumo tenia 40 pies de largo pero ante los ojos de
los soldados habia que mirarlo como si fuese un portaaviones americano de dos
mil pies de longitud con tropa adentro y todo.
La
relación de combate entre la barcaza,el bote y el cañon nunca estuvo muy bien
coordinada pues,que recuerde,en los tiros en que participé,muy pocas veces
hicimos blanco en “el portaaviones americano” aunque eso no significaba que el tiro no
hubiese sido un éxito pues los resultados finales del mismo se emitian basados
en calculus matemâticos. Es decir,si al barco que tenía 40 pies de longitud le
caian los disparos a mil quinientos pies de distancia por dichos câlculos se
podía afirmar que el Portaaaviones,con dos mil pies de largo,había recibido sus
“ tanganazos”. Ahora bien,si a lo que se le disparaba realmente fuera al portaaviones
y las balas caian a la misma distancia que cayeron cuando se le disparó al bote,casi
que de seguro el “tanganazo”lo iba a recibir un edificio en Yucatân. Lo cierto
es que durante el tiroteo contra el barco se recibian muchas llamadas con
caracter urgente del operador de la barcaza donde nos gritaba histéricamente
razonable que lo ibamos a joder. Cada vez que esto sucedía algún jodedor del
grupo decía que lo que pasaba era que como el cañón venía de la Union Soviética
tenia que ser zurdo por naturaleza. No era nada extraño que después de escuchar
lo dicho sobre el cañón, uno de los sargentos presentes,jodedor también,se
asomara por la boca de la bola de hierro y manifestara que iba a estar seguro
que la porquería esta no estuviera jorobado por dentro y estuviera tirando para
donde no debia pues tenía que ser,por lógica, para la derecha.
Así
las cosas,tal como se ha detallado,llegó un dia en que ibamos a realizar un
tiro que sería observado por un “pincho grande”,como le deciamos en aquella
época a alguien no con grados de platanitos pegados en la manga de la camisa
sino con unas cuantas barras de metal y brillosas luciendo en sus hombreras o
una estrella que en aquel tiempo era lo mâximo. Por tal motivo,el sargento de
turno al frente del pelotón,sin autorización ninguna,pero previendo evitar los
gritos de susto del operador de la barcaza que darian a conocer la mala
punteria de los soldados,ordenó poner una soga muchisisima mas larga para el
arrastre del bote. Se puso tan larga, que allâ en el horizonte cuando apareció
la remolcadora, se demoró casi diez minutos en aparecer “el portaaviones” a destruir y durante esa larga espera mas de
uno pensó que la nave se había fugado rumbo a Miami.
La
bala con la que se le iba a disparar al enemigo había que armarla. Al casquillo
de la misma se le colocaba la carga de dinamita requerida; 1-2-3-4 o la temible
cinco que nosotros le llamabamos “se acabó la Guerra”. La parte de adelante de
dicho proyectil,el plomo,llevaba en su frente una combinación numérica que
señalaba con la rapidez que iba a explotar al caer encima del enemigo. Existia
la espoleta normal. La retardada,que al caer en territorio enemigo demoraba en
explotar,(me imagino que esta espoleta era para que cuando cayera donde los contrarios
estos tuvieran tiempo de comer algo antes de decir good bay o de tirarla de regreso).
Y,finalmente,estaba la temible Espoleta Râpida. Se afirmaba que esa espoleta
era tan râpida en su desempeño que los especialistas en la materia decian que
si en el aire chocaba con un mosquito inmediatamente explotaba.((Y aqui cabe
preguntarse por qué,Cuba siendo un pais donde en el verano a la orilla del mar
hay mas mosquitos que peces,ese tiro no se hacía en invierno para evitar que
todas esas balas con dicha espoleta râpida no nos fueran a explotar en la cara
y diera por terminado el conflicto sin que el enemigo hubiera disparado ni con
balas de salva). Por eso no era nada nuevo que antes de disparar con dicha
espoleta algún sargento se cerciorara de que dentro del cañón no existiera nada
que pudiera hacer explotar la bala antes de llegar a su destino. Ya asegurado
el buen desenvolvimiento de como se llevaria a cabo la maniobra militar,el
sargento comenzó a dar las ordenes:
--Escuadra!!
Cada uno a sus respectivos lugares para el combate.!
El
Cabo Apuntador fue inmediatamente hacia los
vinoculares que lleva el cañon, a la espera de recibir las coordenadas y dar la
orden para colocar el arma en la dirección correcta para destruir el enemigo.
Los
encargados de colocar firme el cañón para que éste no se moviera por la fuerza
de la explosión y trajera como consecuencia que casi la escuadra completa
muriera machacada por aquella mole de hiero,hacian esfuerzos de último minuto
para tratar de clavar las flechas de aseguramiento y que en esta oportunidad
estaban siendo montadas en roca viva y ni se enteraban de los madarriazos que
les estaban dando; El resultado fue que internamente hubo que decirle al
enemigo que se esperara un poco para recibir los cañonazos pues a los cañones
había que moverlos a otro emplazamiento. Y así se hizo. Ya todo en su lugar,incluyendo
al Comandante que iba a presenciar el tiro y que hasta ahora lo único que
estaba presenciando era algo en nada
parecido a un recibimiento al enemigo. Finalmente el sargento dio la orden
para comenzar el tiro:
Carga
número cinco!!!—Gritó el sargento para que lo escuchara el comandante que
estaba como a media cuadra observando.
Espoleta
Râpida!!!—Volvió a gritar el sargento.
Lo
que iba a salir para adelante iba a ser el final de la Guerra.
El
encargado de cumplir las ordenes dadas por el sargento las cumpió al pie de la
letra y ahora le tocaba el turno al que debía colocar la bala dentro del cañón;
Poco falto para que hasta el Comandante que estaba observando la maniobra
militar cayera en la Habana al primer rebote, pues el encargado de colocar la
bala adentro y cerrar el bloque para que se realizara el correspondiente
disparo, en su nerviosismo por la responsabilidad tan peligrosa que tenía por
la rapidez de la espoleta rapida,chocó fuertemente el proyectil con el bloque
que aun estaba cerrado. Ante el sonido de aquel impacto contra el metal y en la
mente de todos la rapidez de la espoleta râpida,no hubo nadie que no parara en
el piso,boca abajo y con las manos en la cabeza y escondidamente bajando
santos. Pasado unos breves segundos el cargador del proyectil,todo sudado de
pies a cabeza,logró abrir el bloque y con mucho cuidado colocar la bala donde
iba.
Despues
que el bloque estuvo firmemente cerrado, con el que pudo haber sido el casi
final de la tropa adentro,se escuchó decir al sargento:- Coño. Esa espoleta râpida
es una mierda. Por poco acaba la guerra por un ataque de corazón masivo.
Otro
sargento dijo: Un mosquito? Esta no explotaba ni aunque se hubiese encontrado
en el aire con un elefante.
Finalmente
el tiro se realizó y fue un éxito. Aunque,por precaución, el sargento no ordenó
colocar mas la espoleta râpida en ninguno de los disparos que se hicieron.
Escribe:
Modesto Reyes Canto
Arte:
Karen Reyes.
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