Friday, July 13, 2012

“ ESPOLETA RAPIDA “


  En la era de la Unión Soviética ésta le había cedido,prestado,regalado o vendido a Cuba unos cañones de 122 milímitros,que eran de la época de la Segunda Guerra Mundial y la tropa, desde que llegaron al pais los bautizaron con el nombre de “la bola de hierro” por lo mucho que pesaban y lo incómodo que era trabajar con ellos para poder trasladarlos de un punto a otro donde supuestamente iba a estar o aparecer el enemigo. Dichos cañones eran un gasto constante pues había que estarlos engrasando cada cierto tiempo pues si no se hacía así se oxidaban. Esta bola de hierro se tenia que mover de un lado a otro con un vehículo parecido a un tanque de Guerra que le decian Oruga. La característica principal de ese equipo bélico era que había que tenerle a mano una pipa llena de petroleo pues gastaba ese preciado liquido en cantidades industriales. En el tralado del cañon la escuadra encargada de hacerlo funcionar iba sentada y ahogada dentro de la Oruga que tenía la particularidad de fâbrica de meter hacia su interior toda la tierra y polvo que  encontraba por fuera y,como consecuencia de esa tormenta casi de desierto que entraba,los siete u ocho soldados dentro de élla, con el tiempo serian declarados asmâticos crónicos dos de ellos. Otros dos llegarian a ser parcialmente ciegos y los otros tres o cuatro restantes con el pasar de los años sufririan de alguna enfermedad de la columna vertebral o desprendimiento de alguno de los dos riñones porque la Oruga era la campeona de hacer sentir adentro todo hueco que hubiera en el exterior.

Ya al llegar al lugar,costa de Pinar del Rio, donde se esperaba ipotéticamente que era por donde exactamente iba a entrar el enemigo, se desmontaba el cañón de la oruga y se preparaba aquella bola de hierro para que estuviera listo para dispararle a un bote viejo que iba arrastrada con una soga por una barcaza por el mar. El barco viejo a lo sumo tenia 40 pies de largo pero ante los ojos de los soldados habia que mirarlo como si fuese un portaaviones americano de dos mil pies de longitud con tropa adentro y todo.

La relación de combate entre la barcaza,el bote y el cañon nunca estuvo muy bien coordinada pues,que recuerde,en los tiros en que participé,muy pocas veces hicimos blanco en “el portaaviones americano”  aunque eso no significaba que el tiro no hubiese sido un éxito pues los resultados finales del mismo se emitian basados en calculus matemâticos. Es decir,si al barco que tenía 40 pies de longitud le caian los disparos a mil quinientos pies de distancia por dichos câlculos se podía afirmar que el Portaaaviones,con dos mil pies de largo,había recibido sus “ tanganazos”. Ahora bien,si a lo que se le disparaba realmente fuera al portaaviones y las balas caian a la misma distancia que cayeron cuando se le disparó al bote,casi que de seguro el “tanganazo”lo iba a recibir un edificio en Yucatân. Lo cierto es que durante el tiroteo contra el barco se recibian muchas llamadas con caracter urgente del operador de la barcaza donde nos gritaba histéricamente razonable que lo ibamos a joder. Cada vez que esto sucedía algún jodedor del grupo decía que lo que pasaba era que como el cañón venía de la Union Soviética tenia que ser zurdo por naturaleza. No era nada extraño que después de escuchar lo dicho sobre el cañón, uno de los sargentos presentes,jodedor también,se asomara por la boca de la bola de hierro y manifestara que iba a estar seguro que la porquería esta no estuviera jorobado por dentro y estuviera tirando para donde no debia pues tenía que ser,por lógica, para la derecha.

Así las cosas,tal como se ha detallado,llegó un dia en que ibamos a realizar un tiro que sería observado por un “pincho grande”,como le deciamos en aquella época a alguien no con grados de platanitos pegados en la manga de la camisa sino con unas cuantas barras de metal y brillosas luciendo en sus hombreras o una estrella que en aquel tiempo era lo mâximo. Por tal motivo,el sargento de turno al frente del pelotón,sin autorización ninguna,pero previendo evitar los gritos de susto del operador de la barcaza que darian a conocer la mala punteria de los soldados,ordenó poner una soga muchisisima mas larga para el arrastre del bote. Se puso tan larga, que allâ en el horizonte cuando apareció la remolcadora, se demoró casi diez minutos en aparecer “el portaaviones”  a destruir y durante esa larga espera mas de uno pensó que la nave se había fugado rumbo a Miami.

La bala con la que se le iba a disparar al enemigo había que armarla. Al casquillo de la misma se le colocaba la carga de dinamita requerida; 1-2-3-4 o la temible cinco que nosotros le llamabamos “se acabó la Guerra”. La parte de adelante de dicho proyectil,el plomo,llevaba en su frente una combinación numérica que señalaba con la rapidez que iba a explotar al caer encima del enemigo. Existia la espoleta normal. La retardada,que al caer en territorio enemigo demoraba en explotar,(me imagino que esta espoleta era para que cuando cayera donde los contrarios estos tuvieran tiempo de comer algo antes de decir good bay o de tirarla de regreso). Y,finalmente,estaba la temible Espoleta Râpida. Se afirmaba que esa espoleta era tan râpida en su desempeño que los especialistas en la materia decian que si en el aire chocaba con un mosquito inmediatamente explotaba.((Y aqui cabe preguntarse por qué,Cuba siendo un pais donde en el verano a la orilla del mar hay mas mosquitos que peces,ese tiro no se hacía en invierno para evitar que todas esas balas con dicha espoleta râpida no nos fueran a explotar en la cara y diera por terminado el conflicto sin que el enemigo hubiera disparado ni con balas de salva). Por eso no era nada nuevo que antes de disparar con dicha espoleta algún sargento se cerciorara de que dentro del cañón no existiera nada que pudiera hacer explotar la bala antes de llegar a su destino. Ya asegurado el buen desenvolvimiento de como se llevaria a cabo la maniobra militar,el sargento comenzó a dar las ordenes:

--Escuadra!! Cada uno a sus respectivos lugares para el combate.!

El Cabo Apuntador fue inmediatamente  hacia los vinoculares que lleva el cañon, a la espera de recibir las coordenadas y dar la orden para colocar el arma en la dirección correcta para destruir el enemigo.

Los encargados de colocar firme el cañón para que éste no se moviera por la fuerza de la explosión y trajera como consecuencia que casi la escuadra completa muriera machacada por aquella mole de hiero,hacian esfuerzos de último minuto para tratar de clavar las flechas de aseguramiento y que en esta oportunidad estaban siendo montadas en roca viva y ni se enteraban de los madarriazos que les estaban dando; El resultado fue que internamente hubo que decirle al enemigo que se esperara un poco para recibir los cañonazos pues a los cañones había que moverlos a otro emplazamiento. Y así se hizo. Ya todo en su lugar,incluyendo al Comandante que iba a presenciar el tiro y que hasta ahora lo único que estaba presenciando era algo en nada  parecido a un recibimiento al enemigo. Finalmente el sargento dio la orden para comenzar el tiro:

Carga número cinco!!!—Gritó el sargento para que lo escuchara el comandante que estaba como a media cuadra observando.

Espoleta Râpida!!!—Volvió a gritar el sargento.

Lo que iba a salir para adelante iba a ser el final de la Guerra.

El encargado de cumplir las ordenes dadas por el sargento las cumpió al pie de la letra y ahora le tocaba el turno al que debía colocar la bala dentro del cañón; Poco falto para que hasta el Comandante que estaba observando la maniobra militar cayera en la Habana al primer rebote, pues el encargado de colocar la bala adentro y cerrar el bloque para que se realizara el correspondiente disparo, en su nerviosismo por la responsabilidad tan peligrosa que tenía por la rapidez de la espoleta rapida,chocó fuertemente el proyectil con el bloque que aun estaba cerrado. Ante el sonido de aquel impacto contra el metal y en la mente de todos la rapidez de la espoleta râpida,no hubo nadie que no parara en el piso,boca abajo y con las manos en la cabeza y escondidamente bajando santos. Pasado unos breves segundos el cargador del proyectil,todo sudado de pies a cabeza,logró abrir el bloque y con mucho cuidado colocar la bala donde iba.

Despues que el bloque estuvo firmemente cerrado, con el que pudo haber sido el casi final de la tropa adentro,se escuchó decir al sargento:- Coño. Esa espoleta râpida es una mierda. Por poco acaba la guerra por un ataque de corazón masivo.

Otro sargento dijo: Un mosquito? Esta no explotaba ni aunque se hubiese encontrado en el aire con un elefante.

Finalmente el tiro se realizó y fue un éxito. Aunque,por precaución, el sargento no ordenó colocar mas la espoleta râpida en ninguno de los disparos que se hicieron.



Escribe: Modesto Reyes Canto

Arte: Karen Reyes.


Nota: próxima entrega: “El Gran Tiro”.

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