El tiro, asi le deciamos a un ejercicio militar, que estaba
programado para las nueve en punto de la mañana. Durante meses se había estado
preparando todo meticulósamente y a los dos sargentos al frente de la batería
de cañones 122 milímetros, uno con grados de primera y el otro de segunda, se les
reflejaba en el rostro la satisfacción que sentian al saber que en esta
oportunidad iban a poder realizar dicho ejercicio militar y frente al mismísimo
Comandante en Jefe; un grân honor para ellos y quizas, un ascenso si todo salía
como se había planificado.
La tropa, casi todos jovenes del Servicio Militar
Obligatorio, era otra que también estaba ansiosa porque se acabara de efectuar
el desmadrado tiro como ya le decian algunos, porque la espera para la
realización del mismo ya demoraba veintisiete dias mal
alimentados, apestosos, sin ver a la familia y mucho menos al enemigo que iba a
atacar aunque fuese simbólicamente.
El de pie ese dia fue a las cuatro de la mañana para los
que pudieron dormir y los que no, la gran mayoría por los ataques continuos de
todo tipo de mosquitos y otros insectos que, mantenian a todos los soldados
como si hubiera una epidemia de sarampión, también tuvieron que ponerse en
disposición de combate a esa hora. Cada militar se tiró encima su
fusil ,sus cargadores, su mâscara antigas y una paciencia increíble y a la voz
autoritaria del sargento de primera todos se colocaron alrededor de sus
respectivos cañones y cada uno en la posición que le habian asignado basado en
los estudios sobre esa arma aprendidos en
los últimos dos años. Ya los reclutas, de tanto escuchar la misma clase por todo
ese tiempo, del cañón sabian mas que los rusos que los habian fabricado.
El sargento de segunda, ya después de comprobar que todo
el personal militar estaba en su posición y los cañones apuntando hacia el mar
que era por donde debería venir el enemigo, comenzó a revisar minuciosamente
cada cañón y los proyectiles que con éllos se iban a disparar. Su revisión la
hizo desde el cañon número uno hasta el seis. Del seis al uno la realizó el
sargento de primera. Esta doble revisión al parecer, daba esa impresión ,se hacía
por algún tipo de desconfianza del sargento de primera hacia el sargento de
segunda o para estar bien seguros que los cañones estaban listos para el
combate que se avecinaba y sobre todo, que iban a disparar hacia adelante. La
cuestión es que mientras más se acercaba las nueve de la mañana más revisiones
le hacian los sargentos a los cañones.
A las diez menos diez de la mañana un soldado que venía
directamente de la jefatura provisional que se había establecido en el
campamento, pidió hablar en privado con el Sargento de Primera y le comunicó a
éste que el teniente tal le mandaba a decir que el capitân, recibiendo ordenes
del Primer Capitân jefe de la brigada, le comunicara que por razones
estrictamente de seguridad el Comandante en Jefe no iba a poder estar presente
en el histórico tiro tal como estaba programado pero, que en su lugar el ejercicio
militar sería observado en primera fila,o un poco mas atrâs por cuestiones de
precaución logística, por el ministro de las fuerzas armadas.
Una vez que el soldado se marchó el sargento de primera
fue a donde el sargento de segunda y le
comunicó el mensaje que le habian dado pero de la siguiente manera: Sargento, le
comunico que el Comandante en Jefe me mandó a decir que “lo disculparamos pero
que por razones de seguridad nacional no podrâ estar presente en este tiro
histórico. Aunque vivo convencido que la experiencia de usted y sus tropas harân
que el mismo sea un exito”. Hasta aqui el mensaje inventado casi en su
totalidad por el sargento de primera y dicho al sargento de segunda. Después de
esa” guayaba verde” como se le decía en la época a las mentiras, el sargento de
primera agregó bajando la voz: Parece que hay problemas con los americanos.
Pero, ¿ y qué va a pasar con el tiro?—Preguntó algo cabreado
el sargento de segunda.
No,no. El tiro va. Lo que ahora en vez de venir el
Comandante en Jefe va a venir el ministro de las fuerzas armadas. Lo que el
horario del ejercicio ha sido cambiado para las dos de la tarde. Así que,por
favor,comuníquelo a la tropa. Eso si; discreción.
El sargento de segunda fue de cañón en cañón y dió
la nueva noticia sobre lo que pasaría con el tan esperado tiro y fue un poco
mas lejos y les comunicó a los soldados que se mantuvieran firmes frente a los
cañones pues parecía que la ausencia del Comandante en Jefe se debía porque al parecer había problemas con los americanos
tal como le informó a él en voz baja el sargento primera. Dicho aquel secreto
militar a todo el mundo, inmediatamente se puso a revisar miniciosamente los
cañones y en cada revisión puso tanto empeño que tal parecía que estaba
buscando algún Americano dentro de alguno de ellos.
Llegada las tres de la tarde y con cierto nerviosismo
visible en los sargentos y soldados porque no veian llegar ni al ministro ni al
enemigo, sí se vió venir al soldado de los recados y también se escuchó
comentar al sargento:- Ya viene este a cambiarnos el horario y degradarnos al
que va a venir.
Una vez que el soldado llegó frente al sargento primera y
lo saludó militarmente como correspondía, le comunicó lo siguiente:- El teniente
tal, después de recibir la orden del capitân que fue trasmitida a él por el jefe de la brigada, me encomendó la tarea de
trasmitirle a usted que el Ministro no
podrâ asistir a este histórico y revolucionario tiro por encontrarse en una
asignación especial en alguna parte de Cuba. En su lugar,continuó hablando el
soldado mientras el sargento lo escuchaba con un tiro en la cabeza y no
precisamente el que ya se debería haber efectuado,vendrâ a participar en esta
maniobra militar el jefe de las tropas coheteriles terrestre y artillería
pesada. Eso si, el tiro serâ a los 17 hora militar. Dicho aquello el soldado se
cuadró militarmente y pidió permiso para retirarse y el cual obtuvo con un casi
ladrido que le dió el sargento para que lo hiciera.
El sargento de primera inmediatamente se acercó al de
segunda y cambiandole un poco la converzación que había sostenido el soldado
con él, le explicó que la alta comandancia le había pedido que tuvieramos
paciencia y que le comunicaramos a la tropa que el tiro se iba a realizar a las
17 horas. Después de escuchar como andaban las cosas con respecto al tiro, el
sargento de segunda pasó a comunicârsela a la tropa, que ya prâcticos en guerras
por venir, muchos de los soldados estaban
acostados y durmiendo al pie de los cañones.
A las 18 horas, pasada una de la acordada militarmente, y
los soldados y los dos sargentos, hambrientos, cansados y encabronados y hablando mal de los americanos
porque de otros no podian hacerlo, observaron que a lo lejos se acercaba el
pajaro de mal aguero como ya le llamaba el sargento de primera al soldado portador de las malas noticias. Una vez que
llegó donde el sargento éste no lo dejó ni que se cuadrara militarmente ni que
le diera la explicación de que el teniente tal le mandaba a decir que el
capitân recibiendo ordenes directas del
jefe tal y le fue directo y le dijo, en un tono que tal parecía que tenía
enfrente a uno de los enemigos a los cuales estaba esperando desde hacía casi un
mes,-¿Hay o no tiro? ¿ Quién viene y a que verdadera hora militar?. El soldado,que
no esperaba ese mal recibimiento, muy nerviosamente le dijo:-No.no. El tiro se
suspendió hasta nuevo aviso. El sargento lo miró fijamente y en un acto que
demostraba todo su interno encabronamiento le dijo secamente:-Retírate, y no
vengas mas por aquí al no ser que lo hagas viniendo al frente de las tropas
americanas. Dicho aquello el sargento ordenó formar a los soldados y ya frente a
ellos les dijo; el tiro ha sido suspendido momentaneamente. Vayan para sus
barracas, coman algo y descansen…..Después de un corto silencio donde vio
reflejadas mil interrogantes en los rostros de los soldados agregó algo, que
todavía muchos protagonistas de aquel momentaneo tiro suspendido se preguntan
qué fué lo que realmente quiso decir el sargento de primera: “No se sientan mal. Las guerras son asi: Verdaderamente
uno nunca sabe por donde viene, ni a que hora va a llegar el enemigo”.
Autor: Modesto Reyes Canto.
(Años 67-70)
(Años 67-70)
Arte: Karen Reyes.
Nota del autor: “El tiro por la culata” forma parte de un
libro de crónicas recien terminado de escribir y donde se reflejan hechos
reales pasados por él en su periodo militar como soldado del SMO entre los años
1967-1970, donde se destacó,entre otras cosas,por ser mas regado que un saco de
arroz roto en el piso como bien le señalara en una oportunidad un compañero de
la unidad 4197 de artilleria a la cual perteneció. A los hechos ocurridos durante
ese tiempo y que se verân reflejados en próximas entregas tituladas “El gran
tiro” “El Nicho” “Sargento” “La oficina
Secreta” “El Reloj” “ Sargento Segunda” y otros mas,el autor les agregó su real
imaginación para lograr lo que siempre sobra en todos los jovenes en cualquier
situación en que se encuentren; humor. Este pequeño desempolvar de la historia
no pretende hacer un fanguero con ella. Espero que lo disfruten: El autor.
No comments:
Post a Comment