“Si me engañas, la
primera vez es culpa tuya. Si hay un segundo engaño,la culpa será mia.(anónimo)”
Todos
en algún momento de nuestras vidas hemos sido engañados y no me refiero en el
aspecto sentimental cuando alguna novia o esposa nos pegó los tarros y nos hizo
cornudo oficial, si como dice el cuento, botamos al sofá donde la encontramos
en plena revolacadera con otro y ambos demostrando sus respectivas brutalidades
sexuales, y seguimos con ella. (Aunque
he oido decir que para que un matrimonio funcione en plena felicidad uno de los
dos tiene que estar enamorado y el otro ser infiel). No, al engaño a que me
refiero es el que vivimos a diario en casi todo lo que nos rodea. Para ejemplo
ahí les dejo varios botones.
A
todos los políticos en plena campaña electoral le creemos todo lo que nos
prometan aunque sea lo mismo que prometieron los anteriores y nunca
cumplieron,o sea, cuando salimos a botar nuestro voto, lo hacemos con el oido
porque nos hemos acostumbrado a que nos mientan. Tan es así que uno de esos
políticos por los cuales votamos y que cuando obtuvo el poder robó con dos
manos y cuatro patas y no cumplió con nada de lo que prometió, cuando se muera
en su lápida se podrá leer un epitafio donde se destacarán las palabras honestidad, patriota, civismo, honradez, etc,etc, para el que lo lea y no conoce bien su historia, sienta que el que allí está enterrado fué el hombre más bueno
que haya pisado la tierra y sus alrededores, cuando lo cierto es que su
epitafio lo que debe decir, si se quiere ser justo y no seguir engañando a los
demás es: AQUI YACE UN HP.
Otra
grán cantidad de engaños ocurren a diario con todo lo que compramos. Las
cuchillas de afeitar que antes te costaban centavos y te afeitabas con ellas
hasta que ya casi por la edad no te salía ya pelo, ahora esas mismas cuchillas de a
centavos te cuestan pesos y nada más que te sirven para un par de afeitadas,
tan así que usted se llega a preguntar si en
vez de pelo a usted lo que le está saliendo en la barba es hilos de
acero. Pero no amigo, lo que sucede que ya esa cuchillita no viene con el filo
de antes ni con el buen metal que las fabricaban. Ahora esas cosas las poseen
las cuchillas que están a la venta For a few dollars more (por unos cuantos
dolares de más), como se titula una película interpretada por Clint
Eastwood, y que usted debe comprar pagándola al precio que le pongan si es que
de verdad se quiere afeitar y no dejarse
la cara como si fuera un crucigráma con aquella que otrora le costaba
unos kilitos prietos.
El
engaño nos tiene rodeados. Compra un CD o DVD y está tan bien profesionalmente
hecho que usted no puede distinguir si compró un original o una copia pirateada,
ni aunque el que se lo esté vendiendo tenga una pata de palo, un garfio en una mano y un parche negro
en un ojo. Lo mismo ocurre cuando compra un auto, si no tiene buena vista o una
buena lupa como la de Sherloc Holmes para poder leer las letras pequeñitas del
contrato del vehículo que va a adquirir, le garantizo que cuando llegue la hora
de reclamar por algún desperfecto en dicho auto van a salir a relucir las
famosas letras minúsculas que usted firmó y donde casi siempre le dicen que eso
que se rompió, que es casi siempre lo que más se rompe en un vehículo, no está
protegida por la garantía del fabricante y que en el contrato está bien
explícito. Eso en mi pueblo le decian engaño, no se en el suyo. Si escucha un comercial
en la radio de algo tan bueno que están vendiendo y que parece que no es verdad
porque lo es, trate de tener orejas igual que las del Lobo Feroz del cuento de
la Caperucita Roja para que pueda escuchar mejor e interpretar lo que al final
del anuncio publicitario le va a decir el locutor del mismo a una velocidad que
ni cohete en viaje para la Luna y precisamente, en ese final, es donde está la
mentira de esa porquería que le están tratando de vender. Con los productos
para bajar de peso ocurre lo mismo. Todos los que se anuncian les prometen
bajar las doscientas libras que tiene de más en su cuerpo y que las adquirió en
los últimos 15 años metiéndole puercamente al puerco, en solamente un par de
meses tomando cuatro o cinco pomos del sabe Dios que rayo le están vendiendo.
Aunque lo cierto es que los que lo están engañado saben que si usted no hace
una dieta en firme y corre diariamente más de lo que corrió Forrest Gump en la
película del mismo nombre, e imaginese
si usted es de los que como ejercicio bruto que hace es el de afeitarse cada
cuatro o cinco dias, el único peso válido que va a bajar es de los que lleva en
la billetera pues todo lo que compró es pura mentira. Y ni hablar de las numerosas "medicinas milagrosas" que sobre todo se venden a travéz de la Internet y que verdaderamente no curan ni una simple gripe de temporada.
Hasta
con la música los cantantes nos mienten. Si a la mayoría de ellos les quitan
todo el enorme sistema de audio y de luces que requieren para un concierto y
los ponen a cantar a capela, cualquiera aunque tenga un oido más desafinado que
violin sin cuerdas, se dará cuenta que el boleto carisimo que compró fué para escuchar a un gato(a)
chillando cuando le están pisando el
rabo, pues todas esas estrellas casi siempre prefabricadas, lo que tienen en
sus gargantas es todas la aves de corral presentes en una valla en dia de
pelea. Ah, y esa cantante que es bien conocida por sus hermosos senos y grán
trasero y que es lo que usted mira sin importarle lo que esté cantando, al
final se enterará que todo lo que usted le miraba era del mismo material que
usaba aquella belleza de mujer inmortalizada en la pegajosa melodía “La
Engañadora. O sea, hasta en eso a uno lo engañan. Continuo.
Vivimos
en un constante engaño con todo lo que nos rodea, hasta en los alimentos, pues
ya se han visto casos que como por arte de prestidigitación a la carne de
caballo la han convertido en de res y en cualquier momento se nos hace cierto
ante nuestros ojos aquello que se decía, cuando nos enterabamos que nos habian
engañado, que nos habian dado gato por liebre. Por cierto, usted que me lee, ¿ alguna vez a comido liebre, pero liebre de verdad y que pueda asegurarlo?.
En
fin. El engaño está establecido casi que en todas partes y para no ser engañado
hay que desconfiar de todo lo que nos rodea, como del Abogado que casi siempre
resulta ser un tiburón de tierra. O del Médico que en cuanto se da cuenta que usted
posee un seguro de salud que le cubre cualquier cosa, le envia a hacer cuantos
analisis clínicos y exáménes medicos existan aunque usted hayas ido a verlo a
su consulta por un callo en un dedo de la mano. Y que decir de los Banqueros
que con tu dinero están siempre de banquetes ellos?.Y de las ofertas que nos llegan via telefónica, ni hablar. Nada amigos, ya hace años
que las mentiras me hicieron volverme desconfiado, pero tan, que no me creo ni el
cuento ese del huevo que paró Cristobal Colón pues yo he roto cientos de docenas
de ellos tratando de hacer lo mismo y lo único que he logrado es hacer un
revoltillo con los embarres que he armado. Y no quiero ni hablar de los
especiales que se ofertan cada semana en las tiendas de comestíbles y de otros
productos que siguen el mismo patrón del engaño ; esta
semana le suben el precio a todo lo que tienen hasta en un cuarenta por ciento y en la próxima
como algo espectacular se lo bajan un 20 y usted cae en el engaño y piensa que
lo que está comprando es tremenda ganga. A lo mejor usted no crea en nada de lo
que yo escribí aqui y es posible que tenga razón, porque rodeados como vivimos
de tantos engaños uno tal vez se vuelva algo paranóico y no logre distinguir a
ciencia cierta cuando lo están engañando. Y con tantos Pinochos a nuestro
alrededor muchas veces indetectables pues no les crece la nariz cuando dicen
una mentira como al del cuento, es posible que algo se le pegue a uno y yo no
voy a ser la excepción.
Escribe:
Modesto Reyes Canto.
Arte:
Karen Reyes.
No comments:
Post a Comment