Cuando se llega o se está próximo a los
sesenta o un poquito más de abriles, mayos o del mes en que usted nació, se da cuenta que esa edad no significa
que va a entrar nuevamente a esa medio loca década del 60 donde podía bailar
toda la noche y cambiar de novia varias veces en la misma noche sin que su
cuerpo se quejara. No. Los sesenta de ahora son los vividos, bien o mal, pero
que ya están encima de usted recordándole que realmente más es menos y que se debe cuidar como gallo fino, si quiere seguir
sumando años. Ese cumpleaños te va a señalar de golpe que “la cosa”se está acabando y que comienza una “nueva vida”no muy fácil de llevar si usted es de
los que se niega a reconocer los achaques propios de ese tiempo transcurrido y
mucho menos a declararse abuelo de los nietos que ya tiene y que los ha estado
entrenando para que le digan tio. Pero se equivoca si piensa que el mundo que lo
rodea no se va a dar cuenta de la cuenta casi perfecta de sus años vividos y
hasta de los que le quedan por vivir si es que usted a
llegado a esa edad hecho “leña”porque se le fué la mano pasando noches
revueltas.
Comenzaré por decirle
que a las jovenes que usted pudiera mirar, dicho en puro mexicano echarle un
taco de ojo, si es uno de los llamados viejos verdes,--recuerde siempre la edad
de dichas atracciones por el aquello de la ley--se fijarán en usted si es que se
fijan, por su auto, reloj, condominium, tarjetas de crédito o el cash en su
billetera, aunque usted sea de los que pasan millas diarias corriendo y cada dia
creyendo que se quitó un año de encima y seis pulgadas de esa barriga llena de
levadura de cerveza. Tal vez es probable que pierda estómago pero no edad, si no
ha pasado por un cirujano que lo dejará con una apariencia mas juvenil, que lo
convertirán, ante los ojos de esa joven que quiere pescar, en el viejo de la
cirugia, cada vez que ella quiera dar una referencia sobre usted.A la discoteca donde piensa ir y que es la que le han dicho donde se reunen todas las hembras que “están buenas pa’comer y pa’ llevar” como dice una canción muy cubana, a lo primero que le tirarán la vista en cuanto entre, será al pelo que le falta, el “peluquín”que le quedó mal puesto o en ese negro brillante que se ha dado en lo que otrora fuera quizás una bella y abundante cabellera. También en cuanto se ponga a bailar va a dejar al descubierto su edad, pues las personas mayores ya no pueden, como cuando eran jovenes, mover el cuerpo al ritmo de la música hacia adelante y hacia atrás, ahora casi siempre se mueven lateralmente por temor a sufrir la traumática y peligrosa partidura de cadera, pues ya usted no va a poder darle movimiento a su casi esqueleto, igual que como antes lo hacía, con la melodía que le toquen, como por ejemplo, el sinfónico reguetón que lo disfrutará visualmente sobre todo fijando la vista con miradas pacaminosas sobre el cuerpo de esas muchachas que lo bailan haciendo del cuerpo de ellas un desarme provocativo , aunque si logra ligar a una de ellas es casi seguro que ni la viagra lo hará pasar más allá de la provocación que sintió.
Pero ese no será el único recordatorio que tendrá casi a diario de los sesenta y más que ya tiene encima. Las compañias de seguros médicos, auto, casa y vida, si no tiene y quiere adquirir una póliza por el aquello que “más vale precaver que tener que lamentar”, le sacarân exactamente la edad que usted tiene, aunque se haya echo una cirugía y otras reparaciones mayores, y le dirán de manera tajante que, por los años que le quedan para que la vida lo borre de su lista, tendrá que pagar una mensualidad que le parecerá que le están cobrando la deuda externa de cualquier pais y sin derecho de pedir más para pagar la que ya se robaron los gobernantes que pidieron la anterior.
También, y a través de su número de Seguro Social, que en la mayoría de los casos el propetario ni se lo sabe de memoria, pero que es de amplio conocimiento de toda compañia que se quiera buscar un “peso” con sus sesentas, le empezarán a llegar infinidad de ofertas para que se quede por acá e inclusive para si se va o lo van para “el mas allá", porque también con la edad que realmente tiene y no la que quiere aparentar sin que nadie se la reconosca, ya las empresas de servicios fúnebres están preparadas, como auras tiñosas o cualquier otro animal carroñero, a buscarse billetes con su fallecimiento, y antes de que eso suceda lo comenzarán a bombardear con todo tipo de publicidad donde lo principal será ofrecerle distintos planes de seguros para cuando llegue el último adiós. No le extrañe que si usted escoje la cremación como recurso para irse de este mundo, hasta le ofrescan que antes de quemarlo, por unos cuantos dolares de más, lo pueden embarrar de cualquier tipo de sofrito para que se marche oloroso como a ese puerco asado que usted en vida comió puercamente.
Abreviando: Cuando se está en los sesenta o un poquito más, se debe pensar muy firmemente que la cosa casi que no da para creer que a uno le van a conceder todas las extenciones de vida que pida y por tal motivo debe actuar muy inteligéntemente, pues llegado a esa edad, hasta cuando uno quiera portarse mal, lo debe hacer bien y con mucho cuidado para ir alargando el viaje sin retorno, porque lo único real que hay en esta vida es que no hay marcha atrás. Y como dicen que dijo hace unos años un ruso que visitó Cuba,"nadie se vuelve a bañar dos veces en el mismo rio”. Ni puede pescar lo mismo, agrego yo.
Nota: Ya se puede adquirir a través e Amazón Kindle o directamente en http://www.amazon/pd/b00owl2jj8 la novela titulada El Diálogo de la Vagina.
Escribe: Modesto Reyes Canto.
Arte: Karen Reyes.
Arte: Karen Reyes.
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