“ Ser escritor es un castigo
divino y el que nace con la gracia divina de poder escribir, muchas veces debe
aceptar la penitencia celestial con un alto grado de masoquísmo”.
La cita era a la una de la tarde en punto. Ya el escritor tenía
todo preparado profesionalmente para causar una buena impresión con el nuevo
editor con el que se iba a reunir, tras previa cita. Las tres novelas, que
verdaderamente eran la misma, estaban perfectamente encuadernadas y
gramaticalmente revisadas, a tal extremo, que en ella no existía ni la mas
mínima falta ortográfica; hasta Cervantes hubiera sentido orgullo de ver como
se había tratado la lengua que él contribuyó a propagar de manera correcta. A
todo lo anterior se le podía agregar su historial como escritor, pues ya
tenía publicados algunos cuentos y crónicas en distintos medios de comunicación
impresos.
A la hora señalada o para ser más exactos, media hora antes, ya el
autor estaba sentado en el recibidor de la pequeña oficina donde tendría lugar
la acordada cita. A las tres en punto de
la tarde, demora que él había entendido como una buena señal pues le daba la
idea de que con el que se iba a reunir era una persona bien ocupada, la
secretaria lo hizo pasar a donde radicaba el despacho del editor. Este al verlo
entrar se levantó de su silla y fué a su encuentro con una grán sonrisa
reflejada en su rostro e inmediatamente le estrechó su mano efusivamente como si se tratara de un viejo amigo. Una vez terminada la
debida presentación y ya ambos sentados, comenzó la converzación sobre el
motivo de la visita.
Veo que trae tres novelas, ¿ por qué ?—Preguntó el editor.
Le explico:-- Verdaderamente es una sola. Lo que sucedió es que al
enviarla a algunas editoriales, con las cuales había contactado previamente,
unas me decian que tenía muchas paginas y otras que muy pocas y que debía
rehacerla y al final quedaron estos tres formatos.
Las editoriales—murmuró el editor y agregó—no respetan el trabajo
de un escritor. Lo de ellos es nada más que buscar la mayor ganancia y el
mínimo de gasto…Pero bueno, ya eso para ti será cosa del pasado con esta
editorial que yo dirijo personalmente.
--Ojalâ. Pues económicamente estoy muy necesitado. Ya tengo varias
quincenas que la tristeza de no recibir ninguna forma de pago me está
preocupando y las deudas se me empiezan a acumular de manera peligrosa.
Tranquilo. Tranquilo. Si la novela después que yo la lea me
interesa, usted conmigo va a hacer dinero a las dos manos. El título de ella de
entrada le digo que me encanta pues es llamativo, refleja intriga y en si el
mismo es como un augurio de que se estâ ante
la presencia de una grán novela: “Sin fin”… Suena muy bien: “Sin Fin”. Repitió
varias veces el editor.
Gracias. Gracias por el elogio—dijo el escritor con una sonrisa de
satisfación.
--Y por qué ese nombre?.
--Porque cuando la escribí tenia otros nombres y distintos finales
que ninguno gustaba a las editoriales y entonces decidí no darle ningún final y
que fuera el lector quien le diera el final cuando la leyera, por eso la titulé
sin fin.
Que original! Y brevemente me puede decir mas o menos de que trata la trama?
Si. Como no. Trata sobre los escritores y las editoriales. Pero
leala.
--Si,si, claro. De que la voy a leer lo haré y mas ahora que se
que trata sobre el mundo editorial que es donde yo laboro. Y otra pregunta; ¿ Tiene
usted registrada la novela como establecen las leyes de copyright?.
Si. Me costó mi dinerito y no fué nada barato porque al parecer
hay una conjura para que todo el que se pueda buscar un peso, con el trabajo
intelectual de otro, lo haga. Pero sí
está legalmente registrada.
--No hay respeto,--comentó el editor y agregó—Pero aquí veo que
estas tres novelas o la misma realizada en tres formatos distintos,a su vez
tienen distintos nombres autorales. ¿ Que significa eso?
Le explico. Lo que sucedió con esos nombres que ahí aparecen, es
que en las distintas editoriales a las cuales envié mi novela no les gustaba,
desde el punto de vista comercial, mi nombre real pues decian que no era
artístico y decidieron que yo debía escoger algún seudónimo pues ellos
entendian que la portada de un libro garantiza un por ciento elevado de las ventas
y que no haciamos nada con que el título de la obra fuera muy llamativo y que el
nombre del autor, si no tenía cierto aire novelero, echaría por tierra la venta
de la misma.
--Bueno…en parte esas editoriales tienen algo de razón por
cuestiones de publicidad pero, el nombre del autor debe ser respetado. A ver.
Cómo es su verdadero nombre?
--Eustacio Pancracio.
Vaya pa’l carajo!! Oh, perdón No se ofenda no fué mi
intención--dijo el editor algo apenado y agregó:-Sus padres le pusieron una
clase de nombre que suena como el de un antibiótico. Eso afuera de la portada
de un libro dan ganas de comprarlo pero para darle candela.
--Yo se. Pero fué el que me pusieron los que me crearon.
--Bueno.. bueno Eso no debe preocuparnos Ya después veremos si le
inventamos otro nombre.
--Otro mas?. Al paso que voy con mi nombre y las editoriales ,
terminaré llamandome guía telefónica.
--De eso, como ya le dije no hay que preocuparse ahora, lo
importante aquí es que yo lea la obra, me guste y entonces nos sentamos a
negociar la publicación de la misma como hago con todos mis clientes. Lo único
que le pido es que me de unos dias para poder leer su novela detenidamente y
después darle una, estoy seguro, buena noticia, basada en la evaluación
profesional que haga de la misma.
Pues ni modo. Me toca seguir esperando y así se hará. Lo que ojalá
la espera no sea como el título de esa conocida película nombrada “De aqui a la
eternidad”.
No, no,--contestó sonriendo el editor y agregó; En siete dias o
sea el próximo lunes, llámeme y estoy casi seguro que le doy una cita para
cerrar contrato.
El lunes siguiente tal y como estaba acordado el escritor llamó a
la editorial y la secretaria le comunicó que el editor no se encontraba y que
por razones de trabajos editoriales urgentes que se le habian presentado, había
tenido que ausentarse y que hasta el lunes próximo no regresaría.
El que si llegó a donde el escritor ese mismo lunes fue el
empleado del acueducto, que ante la falta de pago de la cuenta del suministro
del preciado y necesitado líquido, le interrumpió el servicio de agua.
Llegado el siguiente lunes el escritor, después que hasta su casa
llegó una grua remolcadora de autos por él no cumplir con los pagos
establecidos con el banco y se llevó el suyo, repitió la llamada
al editor y nuevamente la secretaria le informó que el mismo no se encontraba y
que volviera a repetir la llamada el lunes siguiente.
A los siete dias exacto de la llamada anterior el escritor llamó
nuevamente al editor y en esta oportunidad nadie contestó su llamada, al no ser
la voz que se dejó escuchar a través de una contestadora automática y cuyo
mensaje decía:
“Déje su mensaje y en quince dias cuando regresemos de unas
merecidas vacaciones que como cada año disfrutamos en esta fecha, le
devolveremos su llamada. Y no olvide nuestro lema: Si quiere profesionalmente
publicar, a nosotros debes llamar”.
En los siguientes quince dias al escritor le desconectaron el
servicio eléctrico y el telefónico y también recibió via correo varias cartas
donde le informaban que ya su apartamento se encontraba en vias de ejecución
hipotecaria por falta de pagos a la entidad financiera que reclamaba los pagos
atrasados. Así las cosas, que amenazaban realmente con convertirse en peores,
decidió, mientras le publicaban la novela y ganar la gran cantidad de dinero
que el editor le había dicho, buscar otro tipo de trabajo para lograr el
sustento que urgentemente necesitaba, y consiguió uno de repartidor de
periódicos con horario de doce de la noche a cuatro de la mañana. Escogió ese
empleo, entre otros que se le presentaron y que verdaderamente él no sabia
realizarlos, porque en este le suministraban un auto para llevarlo a cabo y
como cuestión personal, pues decía irónicamente, que con este trabajo se sentia
cerca del mundo de las letras.
Pasados seis meses y muchos intentos de lograr una cita con el
editor, por fin logró que este lo recibiera. Al llegar a donde él la
converzación fue bastante breve.
El editor le explicó que el mundo editorial estaba atravezando una
tremenda crisis financiera y que para poder publicar su novela tenía que
cobrarle unos cuantos miles de dolares para cubrir gastos y más por tratarse de
una novela sin final como la que él le había presentado pues la gente ya no
estaba para perder el tiempo leyendo y mucho menos sin que se supiera como iba
a terminar, pues lo que ahora vendía eran las tramas y finales con mucha
violencia; asesinatos, suicidios, violaciones, pornografía, guerras… Y que
verdaderamente él no había ni leido su novela porque se imaginaba que la misma
no contaría con los elementos necesarios que se requerian en la actualidad para
lograr que se convirtiera en un best seller.
¿ Usted me dice que no la leyó?.—Preguntó el escritor con cara
donde se veia reflejada una ira dificil de disimular.
No..no.. Yo no he leido nada—contestó el editor algo nervioso.
Hizo muy mal, le dijo el escritor al tiempo que sacaba una pistola
y le apuntaba directamente a la cabeza del editor.
¿ Qué…qué va a hacer?. Preguntó el editor muy nerviosamente.
Lograr un final para la novela que la hará muy famosa y muy bien
vendida en cuanto los medios de comunicación den la noticia del fin que juntos
creamos para regocijo de esos lectores morbosos que hoy en dia abundan. Usted
verá lo que es un Best Seller.
Dicho aquello se escucharon dos disparos.
Nota: Ya puede adquirir en AMAZON la novella titulada El Diálogo
de la Vagina, del autor de este blog.
Autor: Escritor Modesto Reyes Canto.
Arte: Karen Reyes.
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