Con todo el justo alboroto que se ha armado con esa canción,
declarada la del verano en muchos paises, llamada La Gozadera e interpretada
por los cubanos Gente de Zona y el puertoriqueño Marc Anthony,
independientemente de lo que Miami haya confirmado, según la letra, en
cualquier parte de Estados Unidos, los latinos en estas tierras, siempre
estamos listos para gozar. Aquí déjo algunos botones de muestra.
Dicen, con cierta razón, los distintos grupos étnicos que viven
por acá, (lease USA), que nosotros los latinoamericanos o más
europeadamente, los hispanoamericanos, siempre tenemos un motivo para festejar,
y que cuando no lo tenemos lo inventamos..
Que si el cumpleaños de la tía
abuela de nuestra prima tercera. Que si el aniversario de bodas de Ramona y
Ramón,( no importa que haga quince años se divorciaron y como el divorcio fué
de cada uno querer quedarse con lo que no se debía y dejarle al otro todo lo
que no se había pagado, más nunca ni se han hablado). Que si un bautizo de
cualquiera, aunque no sepa ni en que religión lo están bautizando. Que una
primera comunión, en fin, cualquier excusa es válida para pasar una noche
revuelta. Por todo lo anterior no es de extrañar que hace algún tiempo nos
reunieramos un grupo de amigos, de distintas nacionalidades, con la finalidad
de organizar una fiesta.
Eso fué hace exactamente
treinta, cuatro años o veinte años.Sí,sí.No leyó mal: treinta, cuatro
años o veinte años. ( se pone así para evitar futuras demandas) La fecha no se
me olvida porque inexplicablemente no encontrabamos ninguna razón para formar
la bulla. Nadie se había casado por esos dias ni estaba en planes de hacerlo.
No habian cumpleaños cercanos. No había ningún divorcio que celebrar tirando la
casa por la ventana (Particularmente yo he asistido a fiestas de divorcios más
grandes y mejor organizadas que la de la propia boda de los que se estaban
divorciando). En fin, no había motivo aparente para poner la radio bien alta y
estar “moviendo el esqueleto” hasta las 4 de la mañana, que es casi
siempre la hora en que llega la policía después de ser llamada desde la
medianoche por algún vecino aburrido.
Todo parecía indicar que a lo
más que se podía aspirar, por no tener motivos rumberos válidos, era tomarnos
una botella de cualquier cosa y, calabaza calabaza y todo el mundo para su
casa.Pero no. Alguien del grupo lanzó la idea de hacer una fiesta bien grande,
tipo festival, y como excusa para realizarla, extenderle una invitación a
cualquier presidente latinoamericano y ,del dicho al hecho, se procedió a pasar
las respectivas invitaciones. Casi todos contestaron a dicha invitación de que
se encontraban muy ocupados resolviendo problemas patrióticos y que por tal
motivo no pueden salir del pais. Lo cierto es que la mayoría lo que tenía era
temor de ausentarse de la patria y que estando afuera se enteraran de que le
dieron un golpe de estado, el conocido quítate tú pa' ponerme yo, y emitido una orden de captura internacional contra
él por robar fondos públicos. Estando así las cosas con los presidentes
latinos a los cuales se les pasó la invitación, se decidió entonces invitar al presidente de turno en la Casa Blanca.
La idea en un principio parecíó descabellada, pero, cuando “hay deseos de
fiesta no hay chivo que su cuero no pare en timbal” (Espero que esa última
frase no me lleve a un litigio con la Sociedad Protectora de Animales).
siguiendo con la idea, y—lo que
es más raro entre nosotros los latinos- puestos todos de acuerdo, al dia
siguiente se comenzaron los preparativos y las gestiones para traer al
presidente. De inicio se abrió una corporación y quedaron registrados
legalmente cuatro presidentes, seis vices, doce secretarios y quince tesoreros.
Algo asi como abundamcia de caciques y ningún indio.
Inmediatamente se redactó una
carta para tratar de hacérla llegar personalmente al mandatario, donde entre
otras cosas, se le pedía que, al recibirla le prestara atención y no que le
agarrara para practicar basketball tirandola al cesto de la basura.. En ella se
le decía que aceptara dicha invitación y que tuviera en cuenta para no
rechazarla, el merengue de Santo Domingo,la hermandad de los argentinos y
chilenos, el taco y la tequila de Mexico, la Salsa de Puerto Rico y por
ahí para allâ le señalamos muchas cosas por la que se destacan otros paises del
area,( aparte de la gozadera)incluyendo la honradez de muchos presidentes
latinoamericanos y, sobre todo lo peligroso que es electoralmente cuando a un
cubano le da por hablar porquería y que sabiamos que con el tiempo él se iba a volver
a reelegir cuantas veces se lo permitiera la constitución y nuestro voto en
general tendría mucho peso. Aunque también nuestra lengua.
Pasados quince dias recibimos
una contestación de la Casa Blanca donde se nos decía que el presidente estaba
muy ocupado tratando de acabar algunas guerras y comenzar otras y que por tal
razón no podía asistir a nuestra fiesta y que nos deseaba que la pasaramos
bien. Aquello nos cayó como un balde de agua fria y no porque nos lo hubieran
tirado por haber ganado algún campeonato deportivo. Inmediatamente organizamos
una reunión de emergencia y acordamos por votación unánime (otra rareza entre
latinos) enviarle una nueva carta al presidente, pero esta vez redactada en
terminos amenazantes, casi como una declaración de guerra. En ella le
explicamos que en nuestro grupo habían ciudadanos americanos que aunque no
sabían leer ni escribir el ingles ( y algunos ni el español) tenían derecho a
ejercer el voto y que pudieran sentirse ofendidos ante una negativa de él y
cambiarse para el otro partido, al que ya pertenecieron antes que se
convirtieran en cambiacasacas. En fin, no contestó la carta y ni nos envió a
uno de esos representantes que envian los jefes de estado o políticos en
general cuando no quieren ir a algún evento. Lo real fué que nos ignoraron. Eso
sí: no nos desanimamos y, como buenos latinos,dimos la fiesta de todos modos. Y
que fiesta…! Hasta el policía que vino a llamarnos la atención, cuando ya los
gallos estaban cantando, se quedó bailando con una indocumentada que lo único
que tenía falso eran sus papeles inmigratorios. Con decirles que el agente del
orden estaba tan emocionado con el movimiento de caderas de la ilegal que se
llevó preso al aburrido agua fiesta vecino que lo llamó.
Pero aquella fiesta fué chiquita
comparada con la que vamos a hacer en el próximo año que haya elecciones.
Posiblemente pidamos permiso para cerrar la mitad de las calles del barrio.Una
parte para los bailadores y la otra para las orquestas. Y esta vez sí tenemos
motivos: Vamos a celebrar la vez que muchos Presidentes nos tiraron
a mierda!. Y garantizamos que, como siempre entre latinos, habrá tremenda
gozadera. Y a lo mejor, aunque sea por solidaridad rumbera, nos tiren un cabo El Marc y Gente de Zona.
Escribe: Modesto Reyes Canto.
Arte: Karen Reyes.
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