“ El mundo se mueve, según las estadísticas o las encuentas.
Aunque ellas casi siempre favorecen al que pagó por que se realizaran”
Definitivamente la industria médica en USA es uno de los negocios
que más dinero genera a las grandes compañias dedicadas a que la gente se cure
o por lo menos que se crea que no está enferma y si realmente no lo está, ya la
publicidad diaria y trasmitida por todos los medios de comunicación existentes
sobre casi todas las enfermedades que pudieran existir se encargarán, más
temprano que tarde, en convertirlo en un hipocondriaco inducido, pues las
ganacias monetarias de dicha industria, radica en que usted esté enfermo o por
lo menos se crea que lo está. En Estados Unidos casi todas sus calles están
llenas de clínicas, laboratorios, hospitales, y por qué no? hasta de funerarias
por si los anteriores fallan en los diagnósticos clínicos para curarle la enfermedad
que padece o que cree padecer. Pero bueno, el negocio de los vivos que dejan de
serlo es otro millonario negocio que no es el caso a tratar ahora. Lo cierto es
que enfermarse en USA debe ser aparentemente como estar enfermo en cualquier
otro pais, pero no es igual ni parecido. Aquí cada enfermedad tiene distinto
tratamiento, muchas veces dependiendo del tipo de seguro médico que posea el
paciente y casi siempre todas las enfermedades vienen precedidas de estudios
clínicos, estadísticas, encuestas, etc y al final ninguna enfermedad y
tratamiento resulta fácil y casi nunca curable del todo. Y para muestra ahí van
varios botones.
Resulta ser que hace unos dias agarré o mejor dicho me agarró uno
de esos catarros, gripe, gripa, o como quiera que se les llame y que son muy
comunes en los tiempos de cambios de temperatura.Y como de verdad no me sentía
nada bien con tantas estadísticas de personas que se han ido para el “barrio los boca arriba” por simples
estornudos y como tampoco tengo un seguro médico que me cubra visitar un
doctor, decidí llegarme a la farmacia más cercana en busca de un jarabito para
controlar la tos.
La fila de personas que querian ver al farmacéutico pasaba de
diez. Cada uno con un problema de salud distinto y que venian a recoger las
medicinas que les habian recetado o para pedir algún tipo de información sobre
alguna enfermedad, pues también carecian de seguro médico. En ella había uno
que decía estar gordo, porque su medico, que vio en él un negocio redondo, le
dijo, que según las estadísticas médicas, el tenía tres libras de más en su
organismo y que eso era peligroso para la salud y por tal motivo había venido
hasta la farmacia a entregar las ocho o diez recetas médicas que el doctor le
había dado, como medidas de precaución. Por un viejito en sus largos noventa me
enteré que en este pais hay siete millones de hombres que sufren impotencia…con
sus correspondientes esposas-pensé yo- pues si a muchos de esos millones le dan
una chiquita de 21 años o menos ,(hasta donde permita la ley) funcionarian a
las mil maravillas. Otro señor manifestó que su problema era la
presión alta y dió como dato estadístico y quizas como consuelo
de tonto, que en USA 35
millones de personas sufren de ese mal llamado el asesino silencioso y que mal
cuidada te deja mudo para siempre. Un tercero me dijo que estaba allí
esperando por unas píldoraspara el corazón, y me informó-sin yo pedírlo-que
esas mismas pastillas las consumen diariamente 18 millones de
ciudadanos que tienen problemas con la pompa cardíaca y nada relacionado
como cuando el corazón te palpita muy rapido haciendo que el pulso se te
impulse cuando quieres demostrar, o tratar, a tu pareja tu brutalidad sexual.Un
cuarto manifestó que estaba allí porque le dolía el dedo gordo del pie derecho
y que su doctor le había recetado unas pastillas y que al leer los efectos
secundarios que podrian producir las tabletas se horrorizó, pues lo menos que
le advertian en la etiqueta del frasco de las pildoras, era que al tomarlas
pudiera ser que le diera un ataque cardiáco o una trombósis cerebral, amén de
que pudieran tenerlo todo el dia sentado en el inodoro o estreñido
permanentemente. La cuestión es que el señor quería averiguar si eso era
posible y si era así, según dijo, él mismo se cortaba el dedo gordo y al carajo
con las pastillas. Más adelante en la fila se volvió hacia mi un caballero
entradito en años, que me puso al tanto del azote de la diabetes-otra asesina
silenciosa-en este pais. Se declaró diabético con una producción de azucar
en su sangre que ya quisiera para si el merengue dominicano o un central
azucarero cubano en plena molienda, y como dato estadístico habló de unos 38
millones de habitantes solamente en 15 estados con esa “dulce enfermedad” que
también te lleva para el más allá silenciosamente.(?)
A otro individuo le escuché decir que se sentía de los más
bién pero que él sabía que tenía que tener alguna enfermedad porque en Estados
Unidos todo el mundo, según estudios, y por la cantidad de medicamentos que el
veia anunciados en todos los medios de comunicación, estaba enfermo de algo y
él no iba a ser la excepción y por tanto quería preguntarle al farmaceútico si
por su experiencia conocía de algún examen médico que se le pudieran realizar
para detectar a tiempo alguna enfermedad que él estaba seguro debía tener.
Prueba del colesterol, 50 dolares la mas simple; le dijo alguien
de la fila.
Analisís para detectar alguna anormalidad en la próstata o el
colón; costo de alrededor de 350 dólares-- dijo otro. Un MRI del cuerpo
entero incluyendo los organos internos te costará unos cuantos miles de dólares
;- Le dijo una señora. Alguien más del grupo le dijo:- E imagínate cuanto
te va a costar la jugada si te tienen que hacer estudios serios sobre el
corazón, los pulmones, el higado, los riñones, el pancreas y cualquier otra
porquería de las que tenemos por dentro. En cuanto te pasen la cuenta por los
servicios médicos te vas a querer morir ahi mismo, porque te van a querer
cobrar por huesitos que ni sabias que tenias en tu cuerpo.
El individuo cuando mentalmente empezó a sumar los costos abandonó
la filas y salió de la farmacia más rapido que ambulancia en ruta para un
hospital. Casi que me atrevo a aconsejarle que se fuera a ver a un
siquiatra, pero preferí quedarme callado y más teniendo en cuenta que el tipo
estaba grande, fuerte y verdaderamente se veia saludable.
Por su parte, el diagnóstico que sobre su enfermedad se sirvió
darme—sin que yo que ya sudaba pidiera—una dama con varios tic
nerviosos y ninguno normal--fue que padecía del “estrés”. Según ella, el “tres”le
había entrado desde hacía diez años cuando su esposo se le fué con una
mujer 20 años mas joven que él y que ella, y por si fuera poco, le llevó
todas las tarjetas de créditos, el auto que estaba a nombre de los dos y por si
no bastara todo lo anterior, la pobre abandonada señora un
tiempo después se enteró que con la una que se había ido su
esposo realmente era un uno operado y convertido en una mujer. A
cualquiera le da un 333!!!. Pero ahí no paró la explicación de la dama. La
estresada me hizo saber que el “tres”mata cada año a tres millones de personas
y que esta enfermedad del siglo aqueja nada menos que a 75
millones de norteamericanos: Como para
no solicitar nunca la ciudadanía norteamericana!! Me dije yo.
Otro señor de la fila, y que no mostraba sintomas de mal alguno—a
no ser lo feo —explicó que estaba allí para saber que era bueno
contra el colesterol, porque verdaderamente él le daba puercaménte
al puerco y le habian dicho que esa enfermedad(silenciosa también)era de
mandarte al más pa’lla que el
allá sin que te dieras cuenta. Para finalizar aseguró que el colesterol alto lo padecen
también mas de 80 millones de norteamericanos.
Hubo alguien en la espera que habló de la llamada medicina
alternativa llamadas también naturales. Contó que a él le habian contado que
ciertas hierbas que usaban nuestros antepasados eran milagrosas en el
tratamiento y cura de distintas enfermedades.
Otro más real se volteó hacia él y le dijo:--Compadre!! si la
gente de antes tenian cuarenta años y parecian que ya se habian muerto hacía
veinte. Todo eso es cuento para vender pastillas, si no mi abuelo todavia
estuviera haciendo hijos.
Finalmente llegó mi turno de enfrentar al farmacéutico con mi
catarrito de mentiritas(mickey mouse) pero para entonces ya yo estaba en un
puro temblor por todas las estadísticas y comentarios que había escuchado
sobre distintas enfermedades cuyas finalidades son borrarte silenciosamente de la lista
de la vida.
Cuál es su problema?—Me preguntó el farmacéutico.
Ninguno—contesté con mi voz acatarrada—Y agregué:- yo estoy entero.
Entero? Pero si a usted el catarro se le sale hasta por los
ojos?. Míre, --siguió hablando.--le voy a decir algo que estâ en las
estadísticas. Cada año en este pais por un simple catarrito mueren…
No lo dejé terminar. Ahí mismo le rompí cualquier dato que me
quisiera dar antes que me lo diera. Doctor—le dije—de catarro no se si me
voy a morir. Pero en una fila de estas a cualquiera le puede caer, entre
otras cosas, un stres en el colesterol que es capaz de dejarte impotente.
Así las cosas me voy para la casa y a la antigua; Ron, limón, paciencia y
morirme de algo bien sencillo y económico: VOY A MORIR SANO. Después
de todo, en el tiempo de antes a nadie le importaba por qué te dió el patatús,
la simbumbia, la sirimba, una chiripiolca o "una cosa" y no se
llevaban estadísticas de por qué se iban los que no se quedaban. Por tanto me
niego rotundamente a ser del bando de los muchos y menos el de los tontos.
Modesto Reyes Canto
Arte: Karen Reyes.
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